El Ejecutivo acaba de anunciar que las exportaciones nacionales sumar&...
El Ministerio de Economía y Finanzas ha presentado el Marco Macroeconómico Multianual 2026-2029, en el que proyecta el crecimiento del PBI, la trayectoria del déficit fiscal, de la deuda pública y también los niveles de recaudación tributaria. Si bien las proyecciones del mencionado documento establecen un crecimiento de la economía peruana por encima del promedio de América Latina, vale señalar que todas las cifras se alinean con el statu quo económico. Es decir, son las proyecciones sobre la base de la existencia de un Estado burocrático –creado en las últimas décadas– que, a través del gobierno central, los gobiernos regionales, los municipios y las empresas públicas consume casi un tercio del PBI nacional de cerca de US $300,000 millones.
Si no hay reformas que incrementen la productividad y la competitividad, entonces, las proyecciones del MMM se alcanzarán siempre y cuando “los nuevos guardianes de la estabilidad fiscal” –generalmente los organizadores del Estado burocrático– logren pasar algunos aumentos de impuestos.
El MMM establece una proyección de crecimiento de 3.5% del PBI en el 2025 y 3.2% en el 2026, con una expansión económica por encima del 3% entre el 2027 y el 2029. Es evidente que, con un poco de estabilidad política en el Perú, la inversión privada comienza a recuperarse y a explicar gran parte de la reactivación económica. Las proyecciones de crecimiento del PBI nacional destacan frente al mediocre promedio de expansión de la región de 2.2% en el 2025
En cuanto a la trayectoria fiscal, el MMM proyecta una reducción del déficit de 3.6% en el 2024 a 2.2% en el 2025 con una tendencia a establecer 1.8% del PBI en el 2026. Recién para los años 2028-2029 se proyecta alcanzar un déficit de 1% del PBI, una cifra promedio de la economía antes del 2019 y la pandemia. En cuanto a la deuda pública que se ubica en 32% del PBI se proyecta una reducción al 30.8% en el 2029.
El gran problema de estas proyecciones está vinculado a los ingresos tributarios del Perú, que ahogan al sector formal de la economía, que representa el 30% de los contribuyentes. Cerca de un 70% de la economía y sociedad permanece en las sombras de la informalidad. En este contexto, el MMM señala que los ingresos tributarios en el país apenas representan 19.4% del PBI, no obstante que el promedio de ingresos tributarios de los países de la región es de 29.4%. Y si comparamos con el promedio de presión tributaria de 39.3% de los países de la OCDE, entonces la conclusión sería que estamos condenados a aumentar impuestos. Es decir, avanzar hacia el camino de la socialización de la economía.
Sin embargo, todos los economistas y peruanos de buena voluntad entienden que esta manera de abordar las cosas forma parte de una trampa conceptual. ¿Por qué? El Estado burocrático que han creado las izquierdas y las corrientes progresistas en el Perú, en las últimas tres décadas, es “una fuente estructural de déficit fiscal”. E igualmente es la principal muralla que bloquea la posibilidad de reformas que incrementen la productividad de la economía: desde la reforma tributaria, pasando por la reforma laboral hasta la multiplicación de las inversiones en infraestructuras. Asimismo, ahora es la principal causa de la informalidad que determina que la presión tributaria recaiga en un reducido sector de contribuyentes.
Sin el fin del Estado burocrático, sin la reducción de ministerios, oficinas y aduanas por lo menos hasta la mitad; sin eliminar sobrerregulaciones y procedimientos y sin detener el crecimiento del gasto corriente que se incrementa en 20% anualmente, nunca se recaudará lo suficiente. Nunca se materializará una reforma tributaria que simplifique el sistema de cobros y reduzca tasas para trasladar recursos al sector privado y fomentar la inversión y la reinversión. Y si permanecemos con ese statu quo, entonces, los pocos contribuyentes serán ahogados y aplastados con más impuestos.
Con las reformas de los noventa acabamos con el Estado empresario. Hoy nos toca desterrar el Estado burocrático.
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