Manuel Gago

Guerra, ideología y política

Maquinaria palaciega contra la democracia

Guerra, ideología y política
Manuel Gago
13 de octubre del 2019


Para ocultar su talla gris y baja, Martín Vizcarra, presidente de facto, continúa guerreando contra el Congreso por popularidad. Mientras tanto, están en marcha las próximas elecciones para el Congreso de la República con las mismas reglas de 2016. Es decir; el referéndum del 9 de diciembre pasado fue una estafa redonda. Además, la Junta Nacional de Justicia (JNJ), la que reemplazará al Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) no se instala. Puro circo para entretener a las masas desconcertadas. 

Las elecciones de enero próximo definirán el porvenir del país para bien o para mal. Los desinformados electores decidirán entre el camino del chavismo o de las libertades plenas. Estas elecciones no serán para acumular curules con impresentables para controlarlos por medio de un chat. Será una elección de corte ideológico y de definiciones políticas. Los candidatos democráticos deberán defender con uñas y dientes, sin medias tintas, las libertades humanas, la defensa del mercado libre y la democracia en su real contexto. En este escenario, sobran los políticos electoreros y los payasitos frívolos que sueñan con la elección de su vida. El marxismo sabe a qué va al próximo parlamento. Allí desarrollará batallas ideológicas para cambiar el capítulo económico de la Constitución de 1993. Sobra, por el bien del país, las candidaturas mediocres, de aquellos que creen en las victorias personales. 

Los partidos políticos opuestos al vizcarrismo, a la izquierda peruana y al socialismo del siglo XXI deberán entender quién es el enemigo principal. Es la coalición chavista-vizcarrista, y no otro. La conformación del próximo Congreso tal vez sea el último bastión de la defensa de la libertad. ¡Por esto cerraron el Congreso! ¡Por esto Vizcarra se prestó al juego! 

Durante el próximo proceso electoral el piso no estará parejo. Por un lado, el Ministerio Público, de los Pérez y Vela, seguirá acusando a los opositores al oficialismo. Continuará con el plan siniestro de declarar organizaciones criminales a Fuerza Popular y al Apra, organizaciones políticas claramente opuestas al marxismo. 

En la estrategia de copamiento, el “periodismo” —por cuestiones económicas, por publicidad estatal— continuará con la agenda impuesta de desprestigio. Atacar al ex fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, fue una consigna. Lo mismo señalar como contenido criminal el del chat La Botica, conversaciones privadas de muy mal gusto. Así también la difusión de audios para orientar a la población en contra de las personas adversas al vizcarrismo y que conversaron alguna vez sobre temas inocuos con el ex magistrado César Hinostroza. Con este panorama, las posibilidades de las candidaturas adversas al oficialismo se reducen; no por ser corruptos, sino porque una maquinaria política dirigida desde Palacio intentará ridiculizar y desacreditar al oponente nuevo. 

El plan de atontamiento de la población es la gran victoria de Vizcarra y de ciertos medios de comunicación. Ha servido para entretener y distraer con una supuesta y manoseada lucha anticorrupción. Y sobre todo, para deshacerse del adversario político para tener la cancha libre. 

El voto electrónico es un peligro. Si el vizcarrismo ha sido capaz de meter presa a Keiko Fujimori sin una acusación formal y sin sustentar los delitos cometidos, y forzó al suicidio a Alan García, ¿cree usted que el chavismo está jugando a la comidita en Perú?

Con el aplauso bobo de la mayoría, el régimen se burla de las normas y la Constitución. A Vizcarra le interpretan las leyes a su antojo, y este le da cuerda al circo. El mandatario de facto pelea con el Congreso para los aplausos y festejos, mientras la economía continúa estancada. Las exportaciones mineras caen 11.6%, aunque la minería representa el 60% de las divisas nacionales. Las divisas son necesarias para comprar insumos y activos para la industria nacional, medicinas y activos para uso particular. 

Si la coalición chavista-vizcarrista se impone en las próximas elecciones, peligra la nueva y extendida clase media surgida en los últimos veinte años. Volverá a la pobreza, con sus posibilidades reducidas. La dictadura velasquista resucitará, pero está vez tendrá un gran hermano: Nicolás Maduro, flanqueado por la inteligencia cubana. Usted decide.

Manuel Gago
13 de octubre del 2019

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