Eduardo Vega
¿De quién es la culpa?
De que muchos crean que el gobierno de Boluarte es de derecha

Pregunta abierta: ¿Por qué se dice que el gobierno de Dina Boluarte es de derecha? ¿Porque es producto de una sucesión constitucional? ¿Acaso ha impuesto una dinámica de absoluto libre mercado? ¿Ha derogado la mayoría de los derechos sociolaborales de los trabajadores? ¿Ha destruido los sindicatos? ¿Está dando una mayor libertad tributaria u oportunidades de deducción de impuestos? ¿Ha privatizado los servicios de agua o salud? ¡Ni siquiera se atreve a privatizar Petroperú o Perupetro!
En realidad, Dina Boluarte no se atreve a nada. Sin decir que eso es del todo malo, resulta evidente que le quedó grande el puesto, al igual que a su antecesor. Sin embargo, creo que es importante resaltar que ni ella ni Pedro Castillo son representantes de derecha, aun cuando toda la escuadra de periodistas de tendencias “socialistoides” nos venda el discurso permanente que señala lo contrario.
Es cierto que han sido los sectores de la derecha los que han sostenido a Dina en el poder, por la sola necesidad de mantener vigente el sistema democrático por el que podremos ir a votar en 2026; pero eso no es reflejo real de lo que un gobierno de derecha significa como gestión. Por el contrario, cada vez que se le escucha frívola e incoherente, no hace sino encasillarse aún más cerca de lo que significa tener un presidente manipulado e incapaz, como lo son sus pares en Colombia, México o Venezuela.
Dina no tiene un plan de gobierno. Tampoco lo tenía Pedro Castillo, o cualquier otro oportunista que se perfilaba como candidato de Perú Libre el 2021. Sin embargo, accedieron al poder como resultado de la manipulación absurda del odio irracional. Esto pudo significar un gobierno de Fuerza Popular, y que aún se utiliza para justificar que podríamos estar peor.
La pregunta que se cae de madura es: ¿Se podría estar peor? Obviamente sí, de hecho la incapacidad de Dina lo demuestra a diario con la degeneración de una ola criminal que requiere no solo de mano firme, sino de legitimidad para actuar. Claramente Boluarte carece de las dos, peor aún cuando el desprestigio de las autoridades es también parte de una campaña permanente en donde justos pagan por pecadores. ¿O acaso es razonable decir que todos los policías son malos, o que ninguno merece respeto porque la delincuencia aumenta?
Hoy la prensa que apoyó a la plancha presidencial, por la que Boluarte llegó al poder, le llama “burra”, “estúpida”, etc. Como si su predecesor no hubiera merecido más respeto en atención al cargo que ocupaba hasta que intentó destruir la democracia, y terminó preso por ello.
Recuerdo a Castillo tirándose al piso para chantajear/extorsionar al gobierno de PPK por un aumento de sueldo, jugando con la educación de los niños, y me pregunto: ¿No es ese el mismo tipo de gestión que vemos hoy?, donde hay delincuentes extorsionando a la población, o existen prófugos como Cerrón que, sospechosamente, siguen sin ser hallados injustificadamente junto a otros tantos que coaccionan los negocios de la gente.
La crítica a la incapacidad es absolutamente válida; no es justo que transportistas, artistas, ni ningún otro peruano sea objeto de extorsión en su negocio, mucho menos ser víctima de armas y balas que ni la PNP dispone. Pero tampoco parece correcto que se culpe de ello al sistema, sobre todo porque lo que vivimos hoy claramente no son falencias del sistema, sino el producto de una manga de inútiles y oportunistas que NO sabe utilizarlo, o que maliciosamente lo doblan por intereses personales.
Siempre es más fácil empezar una crítica diciendo que “el sistema no funciona”, ofreciendo como solución una revolución al amparo de una moral (que no existe), y que sabemos al final no será más que otra “robolución” socialista. Pero ellos, aunque no les guste admitirlo, solo apelan a culpar a la derecha de las desgracias que ellos mismos generan.
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