Manuel Gago
El fast track del alcalde de Lima y del Ejército
Hacer para hoy y no postergar para mañana

En Lima, la ingeniería del Ejército Peruano ejecuta la Vía Expresa Sur. Por el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, se actualiza la importancia de esta unidad militar al servicio del país y un método de construcción rápido y sin sobrecostos. Esto no es novedad. Existe una larga data sobre la participación del Ejército en labores civiles. En un momento en que los plazos excesivos y adendas que modifican las ofertas iniciales perjudican a Perú, es vital recurrir a entidades nacionales que demuestran eficacia en sus labores.
La ingeniería militar se desarrolla de acuerdo a las exigencias. En 1803 se formó el “cuerpo de ingenieros” y en 1950 se estableció la Escuela de Ingeniería. Batallones del Ejército participaron resolviendo los estragos provocados por los fenómenos de El Niño y otros. Una planta de agregados de construcción y mezcla asfáltica les permitió construir pavimentos y pistas de concreto.
En los noventas, por las normas establecidas –enmarcadas en la lucha contra la pobreza en el proceso de pacificación nacional– la acción cívica del Ejército fue vasta. Realizaron obras de infraestructura en asentamientos humanos y poblados alejados. Ingenieros, arquitectos, soldados y maquinaria militar construyeron puentes, carreteras, vías de acceso, reservorios de agua, postas médicas, losas deportivas, muros de contención e instalaron redes de agua y desagüe y mucho más. Los batallones de asuntos civiles fueron parte de programas de colonización y de las llamadas “fronteras vivas”. En la actualidad, los ingenieros militares están perfectamente preparados para elaborar proyectos de inversión pública. Un decreto ley permite la colaboración del Ejército en obras del Ministerio de Transportes y Comunicaciones y, por resolución directoral, el Ministerio de Economía destina fondos para esas obras sin fines de lucro; es decir, sin utilidades distintas al conocimiento y experiencia.
Ya sabemos, entonces, lo que hará López Aliaga si es elegido presidente: fast track con el apoyo del Ejército. Las obras tendrán un significativo ahorro, bastante distinto al acostumbrado por los clubes de la construcción, causantes de toda la corrupción presente hasta en los distritos más pequeños y alejados del país.
El fast track es hacer lo que se sabe de manera inmediata; es hacer de acuerdo a experiencias anteriores reduciendo tiempo y recursos. “Se hace camino al andar” es el verso más conocido de los “Cantares” del poeta español Antonio Machado. La enseñanza popular enseña el “hablando y haciendo”. Las vivencias dejan huellas. Si las obras son las mismas o similares en circunstancias parecidas, ¿por qué hacerlas largas? Mecánicos, electricistas, albañiles, operadores de máquina pesada, torneros, soldadores y demás no necesitan leer guías y ser adiestrados para lo que saben al dedillo. Lo obvio, estando a la vista, se resuelve “sobre la marcha”.
China y otros países desarrollados son el ejemplo. Edifican monumentales infraestructuras productivas de la noche a la mañana. Aquí los recapeos de pista –para colmo, mezquinos por su espesor– demoran y, siendo lo peor, para ponerlos al servicio de la población se espera a la banda de músicos y cajas de cerveza para inaugurar la “megaobra”.
La intervención del Ejército en la construcción de la Vía Expresa Sur es acertada y lo más apropiado fue abrir las pistas al público de acuerdo al avance de la obra sin esperar la instalación de la última señalización. Las necesidades urgentes no pueden postergarse.
Es cierto, las normas deben ser cumplidas. ¿Cuándo, entonces, se actualiza esa telaraña de normas que todo lo detiene y todo lo corrompe?
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