Raúl Mendoza Cánepa
El lujo de la ingenuidad política
No se puede hacer política sin saber del poder

“Guerra avisada no mata gente” es una frase que deberíamos tomar en serio. Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre, nunca escondió nada. Su partido va por todo el poder, el poder es el partido y el partido es Cerrón, con lo que Pedro Castillo es el puente para ese fin. Importa poco que los votantes no hayan votado por el partido o que ignoren lo que es el marxismo o que su elección haya sido solo por las peculiaridades del candidato. Cuando la obsesión es el poder, esas son sutilezas. Ganar ya es la entrada y punto. Desde allí ya se domina el MEF, las Fuerzas Armadas, la Inteligencia y ya se tiene el aparato burocrático, así como los principales centros de decisión.
Ganar la prensa regional con publicidad, podría ser determinante para lograr ventajas en las elecciones de octubre de 2022, ¿qué seguirá después? Mientras avanzan a su objetivo, el Congreso parece ser un juego fácil: adversarios divididos, sin estrategias de acorralamiento y sin número suficiente para jugar en el extremo. En sus dominios, un presidente que no va a deslindar de su partido…si es que realmente tiene algo que deslindar o si es que lo dejan. Parece un tratado del pesimismo, pero el Jaque Mate de la izquierda sí es una posibilidad, esto es, la inmovilidad absoluta del adversario.
La política es una fábrica de percepciones, gestos, artilugios, simulaciones, todo lo que usted ha leído con horror en la Historia y los libros de estrategia. El político no puede darse el lujo de la ingenuidad, ha de saber que el radical no negocia y que no parará hasta tener todo el poder y conservarse en él. En este juego, la Asamblea Constituyente es el instrumento fundacional, es allí donde la mayoría se torna en el determinante absoluto de la forma de Estado, economía y sociedad del futuro.
Quizás algunos grupos políticos no han entendido las reglas de juego subyacentes ni quiénes tienen la posibilidad más cercana de hacer Jaque. Lejos del instinto y la astucia, creen que haber dado la confianza al Gabinete Bellido es salvar la gobernabilidad o aplazar la disolución… que tarde o temprano se dará si se sigue pensando la política de una manera convencional.
En el Ajedrez y en el persa, shāh mat (jaque mate) es cuando el rey pierde todas sus defensas, los árabes lo cambiaron a “deshacerse del rey”. Un buen jugador conoce todas las alternativas de jugadas sucesivas, esas inadvertidas y acumulativas que crean las posibilidades de revertir y de ganar aun cuando se está en desventaja. La oposición en el Congreso tiene una pieza clave que corre ágil como la reina: la ley. Nada peor que no saber lo que se tiene ni cómo usarlo.
No se puede hacer política sin saber del poder. En la política no convencional se juega al ajedrez, se vence o te vencen con estrategias de probabilidades y anticipación, es un juego de aniquilamiento. Tal es la naturaleza de la política no convencional que nada en ese tipo de hórrido escenario tiene visos de santidad. Decía Max Weber que quien ingresa en política pacta con el diablo. No es necesariamente así, aunque sí probablemente en circunstancias como las que vivimos.
COMENTARIOS