Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Por más de cincuenta años las aguas del río Chili fueron negras, hasta que la minera Cerro Verde construyó la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) La Enlozada en la Ciudad Blanca, Arequipa. Esta obra —que demandó una inversión de S/ 1,300 millones—, permite procesar el 99.5% de los desagües que produce Arequipa y, de esta manera, descontaminar el río Chili. Una vez más queda demostrado que las empresas mineras en el Perú tienen una enorme voluntad de colaborar con la recuperación del medio ambiente y desarrollar la cosecha del agua.
Cerro Verde construyó La Enlozada para tratar más de 1,500 litros de agua por segundo y, hasta el momento, los beneficios son incuestionables. Por ejemplo casi se ha recuperado el Chili y diversas áreas de esparcimiento vinculadas al cauce del río de la Ciudad Blanca. Igualmente, ha comenzado a regenerarse gran parte de la flora y fauna del Chili, y en unos años se prevé que el río se repoblará con peces, crustáceos, flores de texao y los tradicionales berros.
Pero eso no es todo. Con las aguas recuperadas del Chili ahora se puede regar más zonas agrícolas con agua de calidad. En este contexto, la resurrección del Chili no solo se convierte en un espaldarazo a la lucha ambiental sino que contribuye decisivamente al turismo y la agricultura.
Vale señalar que La Enlozada es parte de una visión integral que ha desarrollado la Sociedad Minera Cerro Verde sobre cómo cosechar agua para los arequipeños y también acerca de cómo desarrollar un sistema de tratamiento de aguas residuales. En la actualidad Arequipa tiene siete represas, y dos de ellas —Bamputañe y Pillones— fueron construidas por Cerro Verde. Igualmente, esta compañía minera financió la construcción de la planta de tratamiento de agua potable La Tomilla II y dos plantas de tratamiento de aguas residuales: La Enlozada y La Escalerilla (cofinanciada). Hoy el 90% de los arequipeños tiene agua potable y se tratan todas las agua residuales.
La relevancia de la PTAR La Enlozada desvirtúa las falsedades que construye el radicalismo antiminero en contra de las inversiones. La prédica antiminera sigue buscando bloquear las inversiones en el sector privado para agudizar la desaceleración y propiciar el retorno estatista. ¿Cómo es posible que, siendo las propias mineras las que tratan las aguas para que sean utilizadas en la agricultura y el consumo humano, los movimientos antimineros sigan en contra? Sinceramente no se sabe. Ellos argumentan que la minería destruye el medio ambiente y contamina con relaves las aguas que despué son usadas para la agricultura. Semejantes relatos no tienen asidero en la realidad. Vale anotar que la minería solo utiliza el 2% del agua disponible.
El ambientalismo ideológico miente culpando a las empresas mineras de los contaminantes existentes en los ríos. No es así, es el mismo hombre que los ensucia a través de desperdicios y desagües. Ahora los movimientos antimineros no solo están en contra de la minería, también están en contra del agua; como en el caso de Cajamarca, donde se han detenido represas y reservorios muy importantes como el caso de Chonta”, capaz de beneficiar a más de 322,000 personas.
COMENTARIOS