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Las estrategias del ecologismo radical contra la inversión privada
La semana pasada se celebraron en Lima una serie de conferencias sobre la Pesquería peruana, organizada por el Instituto del Mar del Perú (Imarpe), la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), y el Ministerio de la Producción. En el evento se evaluó el sector y la industria en la perspectiva de constantes mejoras, y de alguna manera, se puso en debate las críticas formuladas por el ecologismo radical a la relación entre Pesquería y la sostenibilidad de los recursos.
Al respecto, el biólogo marino y profesor de la Universidad de Washington, Ray Hilborn, durante el evento de Produce e Imarpe, señaló que “si bien hay diversas variables para medir la sostenibilidad, la abundancia y la presión de pesca, éstas dependen principalmente de un sistema de ordenamiento pesquero”.
El especialista precisó que dicho ordenamiento debe medir los cambios en la abundancia; ajustar la cuota y la captura, y, luego, analizar si se puede hacer cumplir las regulaciones. Por ello, según Hilborn, el ordenamiento debe ser un proceso transparente, de colaboración y consulta, “que debe ser evaluado por todos los actores del sector”. Concluyó que lo que distingue a los países que tienen un buen ordenamiento pesquero de aquellos que no lo tienen es el nivel de cumplimiento de las normas.
En nuestro país, la institución encargada de asegurar una Pesquería sostenible es el Imarpe, el cual realiza esa tarea en coordinación estrecha con los actores principales del sector pesquero. Para cumplir su rol cuenta con más de 700 técnicos y científicos cuya labor ha permitido mantener la pesca de la anchoveta en niveles sostenibles durante más de 40 años.
Sobre la base de un manejo adecuado y fidedigno de los procesos de estudio de las variables científicas, el Imarpe sugiere las cuotas de pesca de anchoveta que el Produce asigna a las empresas antes del inicio de las respectivas temporadas pesqueras.
En lo que respecta a los argumentos del ecologismo radical y sus ONG, en supuesta defensa del medio ambiente, pero realmente en contra de la pesca industrial y la inversión privada, Ray Hilborn confronta abiertamente esas posturas y las refuta con sólidos fundamentos.
Las ONG ecologistas anti-inversión sostienen que la pesca ha traído abajo las cadenas alimenticias del mar, que hay sobrepesca en la mayoría de pesquerías del mundo, que los peces grandes se han reducido en un 90% y, cual Nostradamus ideologizados, sostienen que los stocks de pescado habrán colapsado en 2048.
Para tener una idea clara de la consistencia de sus catastróficas predicciones, recordemos que en marzo del 2013, una de esas ONG “denunció” en la prensa que, tras la segunda temporada de pesca del 2012, la biomasa de anchoveta se había reducido a la mitad (de 12 a 6 millones de toneladas métricas), debido a la “sobrepesca”. Un mes después el Imarpe reportó que el stock de anchoveta disponible para la pesca de mayo-julio de ese año era de 12.1 millones de toneladas, ¡el más alto de los últimos años!
Hilborn, conocedor del accionar de esas organizaciones, considera que las aseveraciones constantes del ecologismo radical, que hemos reseñado líneas arriba, son solo mitos fabricados por la red de ONGs enemigas de la inversión privada en la pesca industrial.
Hace unas semanas, poco después del inicio de la última temporada de pesca de anchoveta, la ONG del anuncio catastrófico del 2013, volvió a la carga con otro relato anti inversión, utilizando de manera sesgada datos del IMARPE, para hacer afirmaciones e insinuaciones dirigidas a desvirtuar la cuota de 1.1 millón de TM asignada a la temporada en curso.
De inmediato, los expertos le replicaron que dicha cuota fue asignada en base a un protocolo establecido, a las condiciones ambientales y cuidando la conservación del recurso, es decir con criterios técnicos y científicos que no pudieron ser refutados.
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