Algunos días después de la APEC, poco a poco, el Per&uac...
Sobre nuestra enorme riqueza forestal y la falta de inversión privada para explotarla
El Perú es el tercer país que posee más bosques tropicales ricos en recursos forestales y sin embargo esa riqueza yace allí, perdida, porque nuestras autoridades no han sido capaces de atraer la inversión privada que se necesita para explotarla de manera sostenible, tal como lo hacen los países desarrollados. El 2011 se aprobó una nueva ley forestal que contiene avances notables, pero no puede ser aplicada hasta hoy porque su reglamento, increíblemente, está atrapado tres años en la maraña burocrática estatal, una trampa de la que debe ser rescatada cuanto antes.
Esta situación es inadmisible e intolerable si consideramos que Erik Fischer, empresario y experto en temas amazónicos, ha calculado que, con un buen marco legal para la inversión forestal, los capitales privados podrían generar en poco tiempo unos US$ 5,000 millones en producción maderera, más 400,000 puestos de trabajo, explotando solo 850 mil hectáreas, o sea el 10% de nuestros bosques de producción disponibles.
En el año 2001, el gobierno de Alejandro Toledo aprobó una Ley Forestal dirigida a promover la inversión privada mediante concesiones, pero fracasó porque la extensión y el plazo máximos de aquellas no eran atractivos para invertir -20,000 hectáreas y 20 años-, y porque se entregó las concesiones a personas naturales y empresas que carecían de capital y experiencia en el negocio forestal. Como consecuencia de ello el estado ha tenido que cancelar 245 concesiones y, hasta septiembre pasado, otras 59 estaban con medidas cautelares y procedimientos sancionadores abiertos.
La nueva Ley del 2011 ha corregido los errores de la anterior al establecer que las concesiones sean hasta de 40,000 hectáreas y por 40 años renovables, y se entreguen solo a empresas que acrediten conocimiento del ramo forestal y solvencia financiera. Tales cambios sí son atractivos para los inversionistas, pero estos no arriesgarán su capital hasta que el reglamento de la ley sea aprobado. El gobierno y el Congreso tienen la palabra.
Nuestros bosques de producción permanente abarcan 17 millones de hectáreas que están listas para ser explotadas, y sin embargo nuestro récord histórico de exportación de madera -registrado el año 2008- ha sido de US$ 219 millones, cifra ínfima en comparación con el potencial de nuestras reservas madereras. El 2013 esas mismas exportaciones sumaron apenas US$ 160 millones y este año se proyecta unos US$ 140 millones, es decir que estamos retrocediendo.
En contraste, Chile, que tiene solo 2.2 millones de hectáreas de bosques explotables, exportará este año cerca de US$ 6,000 millones en madera tableada que, además, es de una calidad inferior a la variedad de maderas que existen en nuestra selva amazónica.
¿Cómo explicar esa abismal diferencia entre ambos países? La explicación está en que Chile sí ha sabido promover la inversión privada mediante una legislación que brinda a los inversionistas estabilidad jurídica y un plazo razonable de 40 años para explotar la concesión. Es lo que tenemos que hacer los peruanos. No podemos perder más tiempo.
30 - oct - 2014
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