Algunos días después de la APEC, poco a poco, el Per&uac...
Los hechos demuestran que actual marco regulatorio pesquero ha fracasado
El monstruo regulatorio que ha estancado nuestro crecimiento económico se ha ensañado de manera particular con la pesca: Cuando falta poco más de un mes para que termine el 2014, el volumen total de pesca extraída asciende a 2.2 millones de toneladas, la cifra más baja de los últimos 15 años. En medio de este panorama desolador, se convierte en un clamor nacional el reclamo para que se rectifique la ley que prohíbe la pesca industrial antes de la milla 5 en el sur y de la 10 en el centro-norte. El daño que esta norma le viene ocasionando a la industria pesquera nacional, a sus trabajadores y a la economía es enorme.
Para tener una idea más clara de lo que está ocurriendo en la pesca recordemos que el 2011, antes de que entrara en rigor el marco regulatorio vigente, la producción pesquera nacional fue de siete millones de toneladas. Al año siguiente, con la nueva normativa, se cayó a 3.7 millones de toneladas, y el año pasado se recuperó apenas, llegando a 4.7 millones de toneladas.
Es cierto que este año la naturaleza se ha sumado contra la pesca al alterar la temperatura de las aguas, algo contra lo que poco o nada se puede hacer, pero este problema circunstancial solo agrava una realidad que ya era adversa debido a la nueva normativa que impuso el actual gobierno para mejorar la pesca de consumo humano, en especial de anchoveta, y para combatir la pesca ilegal. Dos años después, ninguno de los objetivos se ha cumplido. Ha sido un fracaso.
La pesca de anchoveta para consumo humano se ha derrumbado de manera impresionante: de 125,000 toneladas extraídas en el 2011 a solamente 40,000 toneladas en el 2014. ¿Qué ha sucedido? La anchoveta extraída para consumo humano es vendida a las empresas harineras. Y como el negocio es rentable, proliferan como nunca antes dichos pescadores, multiplicándose la pesca ilegal.
En suma, este será un año desastroso para el sector pesquero industrial, con consecuencias terribles para las empresas, muchas de las cuales esperaban aliviar sus serios problemas financieros con una ampliación de la temporada de pesca, pero esta esperanza es cada vez más remota pues la última medición de la biomasa realizada por Imarpe indica que sería imposible reabrir la pesca. Y si ésta fuese reabierta, las empresas no podrían pescar en el sur, y la zona centro-norte es poco competitiva pues tienen que pescar muy adentro.
El efecto de la ley en el sur ha sido tan negativo que, como la pesca industrial peruana está impedida de pescar como lo hacía antes, su par chilena está aprovechando al máximo la biomasa que comparten los dos países, pescando hoy el triple que nosotros.
A la luz de los hechos reseñados, el Ministerio de la Producción debe eliminar cuanto antes la normas que están llevando a la crisis a nuestra industria pesquera. Tal como lo dijimos en nuestro anterior artículo: el gobierno debe tomar en cuenta sobre todo que la pesca industrial da empleo directo a 121 mil peruanos e indirecto a otros 100 mil. Este es el tema de fondo.
COMENTARIOS