Editorial Economía

Economía, modelo y reformas

Economía, modelo y reformas
  • 28 de junio del 2016

Los retos de la administración PPK

PPK acaba de anunciar que luego de asumir el mando iniciará una gira por China, con objeto de persuadir a los inversionistas de ese país para que instalen en el Perú un centro internacional de refinación de metales. Es evidente que el Presidente electo tiene las cosas claras sobre el papel de la inversión en el crecimiento y la reducción de pobreza. Enseguida Alfredo Thorne, ministro de Economía en el próximo Gabinete pepekausista, señaló que “hoy día exportamos muchas piedras junto con nuestras materias primas, y parte de ese mineral se debería refinar en el Perú”.

En cualquier discusión sobre cómo retomar tasas altas de crecimiento para seguir reduciendo la pobreza —como hasta hace poco— siempre será obligatorio poner los caballos por delante. También es obligatorio evitar los saltos adelante que evitan las respuestas a los problemas del presente. Por ejemplo, ¿cómo se podría instalar un centro de refinación internacional de metales con los absurdos Estándares de Calidad Ambiental (ECAS) impuestos por el ecologismo radical? En el Perú el Ministerio del Ambiente (con gran influencia de la izquierda) ha establecido que el dióxido de azufre solo debe ser de 20 ug/m3 (microgramos por metro cúbico)no obstante que en Japón es de 105 ug/m3, en Chile 250 ug/m3, en la Unión Europea 125 ug/m3 y en los Estados Unidos 325 ug/m3. ¿Qué inversionista chino se atrevería con esta evidente legislación anti industrial que está amenazando, por ejemplo, a la actual refinería de Ilo?

Cuando el futuro titular de Economía señala que “exportamos piedras”, de alguna manera, se podría interpretar como una concesión a las tesis que plantean que el crecimiento actual solo se explica por el súper ciclo de los commodities, y que se necesita mayor intervención estatal para diversificar la economía. Al margen de que existen estudios que señalan que si los proyectos Conga, Tía María y los demás emprendimientos paralizados, estuviesen en ejecución se agregarían alrededor de 2 puntos al crecimiento del PBI, es evidente que las declaraciones de Thorne obligan a seguir conversando sobre qué se debe hacer para diversificar la economía. Está demás señalar que la única posibilidad de diversificar la economía es consolidando y profundizando el libre comercio. Para vender productos con valor agregado se necesitan TLC, para vender commodities no. Pero eso no es suficiente.

Por ejemplo, una refinería internacional que, incluso, procese la producción chilena de cobre, requiere limpiar la legislación ambiental de la influencia del ecologismo radical. En otras palabras, se necesita aplicar un shock a favor de la competitividad; o para ser más precisos, implementar reformas de segunda generación que no solo atraigan capitales chinos para una refinería internacional, sino que nos permitan superar la llamada trampa de ingreso medio y enrumbar hacia el desarrollo.

Un shock de competitividad nos obligaría a reformar la actual legislación laboral, una de las más costosas de la región, para que la inversión extranjera fluya y avancemos a formalizar el empleo. Pero de nada vale una reforma laboral si es que no recuperamos la seguridad ciudadana para la sociedad, mediante una movilización institucional sin precedentes: desde el gobierno central, las regiones, municipios, ministerios, Policía Nacional, el Poder Judicial y hasta las entidades del sistema de justicia. Es decir, una gesta institucional. Hacer algo así nos obligará a desmontar el estado de la burocracia y el procedimiento que se ha consolidado en los últimos años.

Para que la reforma de la infraestructura legal funcione se necesita una reforma de la infraestructura física que conecte los mercados y los espacios regionales al interior del país. Ni qué decir sobre la necesidad de reformar los sistemas educativo y de salud, para fortalecer el capital humano y desarrollar una fuerza laboral innovadora.

Como se aprecia, “hay, hermanos, mucho qué hacer”. Y saludos y aplausos a las voluntades por construir refinerías internacionales y destrabar los proyectos, pero el Perú necesita mucho más para que la administración de PPK se convierte en el éxito que desean todos los peruanos de buena voluntad.

 

  • 28 de junio del 2016

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