El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
Los idiomas más difundidos en el mundo han alcanzado su madurez y mayor vigencia a partir de la creación de una literatura propia y de la difusión de traducciones de las obras escritas en otras lenguas. Así lo entendió el humanista Demetrio Túpac Yupanqui (Cusco, 1923), uno de los mayores impulsores del uso del quechua, quien falleció el día de ayer en el Hospital Almenara (Lima), a la edad de 94 años. Antes había hecho realidad uno de sus más ambiciosos proyectos: traducir al quechua, y en su totalidad, la novela El ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha, uno de los más importantes clásicos de la literatura universal, que en su versión quechua se tituló Yachay sapa wiraqucha dun Qvixote Manchamantan (2005).
Demetrio Tupah Yupanki (así escribía él su nombre) nació en San Jerónimo (Cusco), el 22 de diciembre de 1923. Afirmaba ser descendiente directo de Túpac Yupanqui (1441-1493), el décimo de los gobernantes del Imperio incaico. Demetrio dio muestras desde muy joven de su vocación por las letras y las humanidades. A los 14 años ya era alumno del prestigioso Seminario de San Antonio Abad del Cusco, en donde estudió teología, humanidades, filosofía, latín y griego. Su amor al quechua y a la cultura andina lo llevó a aplicar sus conocimientos lingüísticos y académicos para mejorar la escritura y la difusión del idioma quechua. No llegó a ordenarse de sacerdote, y en cambio viajó a Lima, para estudiar Filosofía en la Universidad Católica y Derecho en la Universidad de San Marcos.
En Lima también incursionó en el periodismo, en el diario La Prensa. En forma paralela dictaba clases de quechua de manera particular. Al percatarse del interés en este idioma que mostraban algunos jóvenes limeños, Demetrio abrió su propia academia de quechua, a la que llamó Yachay Wasi. Fruto de esa experiencia es el libro Curso de Quechua, uno de los textos más usados para la enseñanza del runa simi, y que ha sido traducido a otros idiomas, incluyendo el ruso (2008). Demetrio Tupac Yupanqui ha llegado a dictar cursos de quechua en diversos países de Latinoamérica y hasta en Estados Unidos. Y en Lima continuó desarrollando su labor de difusión a través del periodismo. En los años ochenta tuvo una columna bilingüe en el diario El Comercio. Y en Radio Nacional durante muchos años fue la voz que identificó a las transmisiones realizadas en nuestro idioma ancestral.
A pesar de todo ello, hacia el final de su vida veía con tristeza la postergación del idioma por el que trabajó tanto. “El quechua es la identidad del pueblo. Lima es quechua, Huancavelica es quechua, todos somos quechua… El quechua es el fundamento de la cultura de esta parte del continente. Abarca Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Pero aquí, desgraciadamente, todavía te menosprecian si hablas quechua. Hasta tengo familiares que se han cambiado el apellido para no parecer mal. Lo más irónico es que fueron precisamente quechuahablantes quienes construyeron los monumentos que tanto nos enorgullecen, como Machu Picchu”, dijo en una de las últimas entrevistas que dio.
COMENTARIOS