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Gerardo Chávez (1937–2025): el artista que fusionó realismo mágico y raíces telúricas

Ha muerto uno de los mayores artistas plásticos peruanos

Gerardo Chávez (1937–2025): el artista que fusionó realismo mágico y raíces telúricas
  • 23 de junio del 2025

 

Con la partida del maestro Gerardo Chávez el Perú pierde a uno de sus artistas plásticos más influyentes: pintor, escultor, formador de instituciones culturales y puente entre su tierra y las grandes capitales del arte mundial. Hijo de Pedro Chávez y Rosa Estela López, Gerardo creció en un ambiente humilde en Trujillo y en Paiján, al norte de la ciudad. Su hermano mayor, Ángel Chávez López (1928–1995), ya destacado pintor, fue su primer referente. A los 18 años ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima, de donde egresó en 1959. Ese mismo año debutó con su primera exposición individual en la Universidad Nacional de Trujillo y representó al Perú en la I Bienal de París.

En 1960 inició un periplo por Europa que marcaría su carrera. Vivió en Florencia y Roma —donde absorbió el arte renacentista y las texturas de los muros antiguos— hasta instalarse en 1962 en París, donde entabló amistad con Roberto Matta y Wifredo Lam, dos figuras clave que impulsaron su estética onírica y expresionista. Su presencia en prestigiosas muestras internacionales fue temprana: Bienales de Venecia (1966), exposiciones en Bolonia, París, Milán, Ámsterdam y Bruselas. En 1967 su instinto social aflora en una muestra en la galería Desbrieres de París, que le abrió otros escenarios en Europa. Después del éxito europeo, regresó a Lima en 1968. Su curiosidad lo llevó también a lugares como la Isla de Pascua, Altamira y Tassili, fuentes de su interés por el arte primitivo, un imaginario que embebió en su obra plástica.

En 1981 se convirtió en el primer artista peruano vivo con una muestra en el Museo de Arte Italiano. Dos años después fundó la I Bienal de Arte Contemporáneo de Trujillo, y a finales de los ochenta empezó a dividir su vida entre París y Lima. En 2001 inauguró el Museo del Juguete en Trujillo y, en 2006, el Museo de Arte Moderno (en Trujillo), que alberga su obra junto a artistas latinoamericanos bajo la Fundación Gerardo Chávez (establecida en 2007). Fue también presidente del Patronato por el Arte y Cultura de Trujillo y reconocido en 2012 como el artista plástico más importante en actividad del Perú. Su labor fue premiada con distinciones nacionales («Orden El Sol del Perú», 2006) e internacionales (Orden de Caballero de las Artes y las Letras de Francia, 2010), además de títulos honoris causa.

Estilo: entre lo telúrico, lo mágico y lo social

La obra de Chávez destaca por su libertad de expresión, el uso audaz del color y las raíces telúricas y étnicas. Su pintura fusiona símbolos prehispánicos, fauna mítica y sexualidad en una iconografía que evoca lo que la crítica llamó “real maravilloso”, más alineado con las propuestas de Alejo Carpentier que con el surrealismo clásico.

Desde los grandes formatos de los sesenta —como La creación del nuevo hombre y Estrella del amanecer— hasta obras como El último ídolo y Mama, influenciadas por el estilo chancay, Chávez exploró visiones extrañas, eróticas, y una combinación mítico-mágica. Su obra nos interpela por su uso de símbolos telúricos —aves, serpientes, felinos— entrelazados con visiones barrocas o prehispánicas, imbricando pasado, presente y futuro.

El crítico español Tomás Paredes Romero señaló que la obra de Chávez “seduce por su imaginación desbordante y la iconografía”, y que Chávez debe ser vinculado a lo real maravilloso porque fusiona lo fantástico con lo cotidiano, la mitología prehispánica con la estética europea barroca, en una obra que atrapa por su fuerza visual y simbólica . Además resaltó obras como La justicia en su laberinto, un lienzo de cinco o seis metros en el que la Justicia no está vendada sino que observa; una alegoría crítica a las desigualdades del sistema judicial. Un ejemplo de cómo Chávez no rehúye lo social ni la denuncia.

Chávez expuso en salas de primer nivel mundial: desde el Grand Palais hasta el Museo Nacional de México, pasando por las ferias de Basilea y las bienales de Sao Paulo y Venecia. Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas en Europa y América, incluyendo Francia, Uruguay, República Dominicana, EE.UU. y más.

Maestro de luces, sombras y símbolos, Chávez supo tejer una obra donde lo mágico y lo real, lo prehispánico y lo universal, lo telúrico y lo social se unían su fuerza visual y su mensaje. Su legado institucional en Trujillo lo convierte en un faro cultural nacional y referencia para futuras generaciones. Mientras su pintura siga presente en museos o inspirando a otros artistas, la labor de Gerardo Chávez seguirá viva. Fue y será, sin duda, el pintor de lo real maravilloso en el Perú.

  • 23 de junio del 2025

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