Pseudociencias

¿Hemos alcanzado el límite de nuestro privilegio? Las pseudociencias están en auge y las historias que cuentan los charlatanes son cada vez más delirantes. Hay dos preguntas que deben ser respondidas: ¿qué es una pseudociencia? y ¿podemos reconocerlas?

Las pseudociencias son creencias que, sin seguir ningún método científico, se presentan y venden como ciencias verdaderas. En los últimos años se están extendiendo como la pólvora, con la ayuda de las redes sociales. ¿Han escuchado aquello de curar enfermedades con cuarzos? ¿Conocen la pseudoterapia con marca japonesa llamada reiki? ¿Les han pasado el video de un “cáncer” siendo atraído por el otro y repelido por el ajo?

Puedo ir al historial de conversaciones de cualquier familiar y encontrar tips contra el cáncer: “La Dra. Gupta de Maryland dice que nadie debe morir de cáncer por descuido. Lo primero es quitar todo el azúcar de la dieta y beber limonada caliente. La amargura del limón es la mejor sustancia para matar las células cancerosas”. “El cáncer es un estado emocional y se manifiesta cuando no perdonas”. Hay un fuerte lobby por el limón y por el diván de psiquiatra. ¿No es esto un poco insultante para las personas que padecen de cáncer? ¿Un cáncer de mama puede ser el resultado de una tensión no resuelta en la infancia?

Muchas personas ignoran estas cadenas de charlatanería. Pero ¿qué ocurre cuando ese mensaje le llega a una persona recién diagnosticada con cáncer? Todos los días somos bombardeados por las science fake news, y son los más vulnerables quienes caen en sus redes. Esta semana se difundió intensamente el clamor de auxilio del Dr. Bosch-Barrera, quien recibió en el Hospital Universitario Doctor Josep Trueta a una paciente con el seno putrefacto por un cáncer de mama. La paciente había decidido dejar la medicina tradicional para darse refugio en la homeopatía. Ella parece haberse medicado con las mentiras que le contaba su “terapeuta” alternativo, quien le dijo que era bueno que el tumor saliera del pecho porque se estaba oxigenando. El cáncer de la mujer ha hecho metástasis y solo le quedan los tratamientos paliativos. Una vida más arrebatada por las pseudociencias.

Conozco personalmente el caso de una mujer con trastorno bipolar, quien decidió dejar la medicación por terapias de reiki. Le contaron, con argot médico, una milonga espectacular sobre los nudos de energía en su cuerpo y las conexiones nerviosas del cerebro. ¡Pseudociencia con maquillaje científico! Luego del reiki le dio un intento a las terapias florales y luego a la magnetoterapia. El efecto placebo duró muy poco y volvió a su médico de cabecera luego de una serie de episodios psicóticos.

El último grito de las pseudociencias son los alimentos no pasteurizados, tendencia que una vez más nos llega desde Estados Unidos. Amigo tecnólogo o microbiólogo, ya puedes tirar al tacho tu diploma porque resulta que la leche cruda es un superalimento y la pasteurización es un horror impuesto por las industrias. No importan las posibilidades de que la leche cruda pueda contener bacterias como Lysteria, Salmonella o E. Coli.

¿Qué podemos hacer en esta era en la que empresas como Goop mercantilizan productos de salud cósmica? Por 27 dólares se puede comprar un repelente de vampiros psíquicos. En el campo de batalla de las redes sociales, la voz de un científico vale menos que la de una celebridad de Hollywood con millones de seguidores influenciables. ¿Por qué estamos perdiendo la batalla? Las celebridades comunican mensajes sencillos con palabras cotidianas, mientras que la mayoría de científicos rehúyen los 280 caracteres.