Santiago González Díaz

Las ventajas del individualismo

Las ventajas del individualismo
Santiago González Díaz
15 de junio del 2016

Pertenecer a un grupo no anula la libertad individual

Las nuevas cosmovisiones que acompañan a la posmodernidad nos proponen pensar la verdadera naturaleza del ser humano a partir de ideas colectivas. El planteamiento de considerar al individuo como una parte inevitable de algo superior y global atenta contra la concepción de una identidad propia y diferente del resto.

Se ha acusado al liberalismo social de defender al individualismo y tener una concepción desintegradora de la sociedad como un objetivo impracticable ya que toda persona forma parte de un todo superior. No es una cuestión económica lo que se plantea en este caso, sino que la defensa del individualismo apunta a la protección de la libertad del ser humano. Al igualarlos los individuos desaparecen, ya que el elemento distintivo también lo hace con él. Las corrientes colectivistas consideran que la pertenencia a un grupo es necesaria para que el ser humano encuentre identidad y pueda realizarse.

La equiparación masifica al hombre volviéndolo dócil e irresponsable, y perdiéndolo en la vasta cantidad que suponen los grandes grupos. El ser humano puede formar parte de una identidad colectiva, con costumbres similares, pero sin la necesidad de verse envuelto en un pensamiento único. Formar parte de algo no tiene que conllevar la anulación de la voluntad, y mucho menos del libre pensamiento.

La igualdad liberal es la igualdad jurídica, una igualdad que al mismo que tiempo libera, protege y diferencia a los seres humanos, evita los abusos del Estado y de otros hombres. Es imposible no reconocer las diferentes capacidades de los hombres, que inevitablemente generan desigualdades, y es el costo que el liberalismo tolera a fin de proteger la integridad humana.

Lo anterior no significa ser deshumanizado, pues la desigualdad puede ser contrarrestada ampliando las oportunidades, brindando iguales condiciones y dejando la decisión de aprovechar tales oportunidades a cada individuo. De esta manera no se obstaculizan las posibilidades de que quienes menos recursos tienen puedan incluirse socialmente, ni se restringe la de aquellos que cuentan con más capacidades. Ampliar es diferente a igualar.

Si bien la palabra igualdad puede sonar atractiva políticamente, la realidad demuestra que cualquier igualación debe hacerse de un modo autoritario, ya que supone una restricción de oportunidades y recursos materiales. El principal objetivo que cualquier gobierno debe tener es contrarrestar la exclusión social a partir del incentivo de la individualidad y el fomento del desarrollo de los dones particulares.

Cada ser humano individualmente es libre de elegir cómo orientará su vida. Puede estar condicionado por cuestiones externas, pero conformarse y aceptar una situación adversa también será un acto de libertad individual.

 

Santiago González Díaz

 

Santiago González Díaz
15 de junio del 2016

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