¡Préstame tu voto para defender la libertad!

Quedan pocos días y pocas horas para el momento en que los peruanos tendremos que decidir si continuamos por el camino de la libertad o si nos enrumbamos a una noche larga, tenebrosa, llena de terror, pobreza y persecución. 

Algunos sectores, conscientes de lo que representan los proyectos comunistas y chavistas en el planeta y América Latina, prefieren cerrar los ojos ante la evidente amenaza a la libertad de un eventual gobierno de Pedro Castillo y Perú Libre. Una amenaza que está registrada, documentada, en las propias expresiones del candidato Castillo, de sus colaboradores y en el plan presentado por Perú Libre ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Este cerrar de ojos, este ignorar de una verdad que se alza gigantesca, es una manera de negar los errores propios, es una manera de evitar la culpa que lacera, que nos golpea. El motivo: en dos décadas de antifujimorismo y antiaprismo no se evitó una amenaza autoritaria ni se luchó contra la corrupción, sino que se favoreció al maoísmo a tal extremo que esta corriente, comunista y autoritaria, podría ganar una elección.

Cuando vemos los mítines de Pedro Castillo, con grandes adhesiones en los sectores populares, en los sectores D y E, debemos recordar que ayer hubo partidos populares que representaron a ese pueblo que hoy es manipulado por Castillo, Vladimir Cerrón y Perú Libre y el Movadef. En el siglo XX, el Apra fue el muro de contención de la amenaza comunista. En el siglo XXI, el fujimorismo se transformó en la muralla que evitaba el avance del chavismo. Luego de dos décadas de predominio del anti, de la antipolítica y de la guerra política prolongada, en los sectores populares ya no hay movimientos que defiendan las libertades y la propiedad privada. Allí residen las ventajas de la candidatura de Castillo.

Sin embargo, si recordamos dos décadas de antipolítica no es para sostener que un sector tuvo la razón y otro no. De ninguna manera. La evocación busca una reacción en el elector que, legítimamente o no, persiste en votar en contra de la candidatura de Keiko Fujimori por los prejuicios acumulados. Al respecto debemos señalar que, desde el punto de vista de la defensa de las libertades políticas y económicas, no existe valor ni razón que justifique votar en contra de Keiko Fujimori o decidir sumarse a la legión de los votos nulos, blancos y viciados.

Por todo lo que se ha escuchado del candidato Castillo, de Vladimir Cerrón, de Perú Libre y por todo lo que conocemos del Movadef –a través de declaraciones y documentos escritos–, la candidatura de Keiko Fujimori es la única opción viable para defender las libertades y el proceso de construcción republicana.

El elector que se considera “digno”, “puro”, en realidad, tiene la misma intolerancia de los activistas de los proyectos totalitarios, que creen en las utopías y en los hombres perfectos, casi como ángeles. En los sistemas republicanos, en las sociedades abiertas, los proyectos políticos y los hombres siempre son falibles, son hombres profanos y no sagrados. De allí que en los sistemas democráticos solo elegimos el mal menor y no la propuesta ideal, perfecta, como solían plantear el bolchevismo y el nazismo en el siglo pasado.

Por todas estas consideraciones la candidatura de Keiko Fujimori representa el mal menor que nos permitirá persistir en las libertades políticas y económicas, y continuar con el proceso de construcción republicana. No hay otra. En ese sentido, hoy le decimos a todos los peruanos que no han decidido su voto, por favor, ¡préstame tu voto para defender la libertad! En la medida que se salve la sagrada libertad, ese voto siempre será tuyo para seguir desarrollando todas las oposiciones necesarias, habidas y por haber.

Es hora de decidir, hermano. Se acabó el debate. De lo contrario, nos veremos en la resistencia, luchando contra la pobreza y evitando la persecución política.