Los peruanos e hispanoamericanos celebramos la Semana Santa, d...
Las obras de la Autoridad de la Reconstrucción con Cambios (ARCC) no avanzan como debería ser, después de más de dos años del fenómeno climático El Niño Costero 2016-2017. El retraso en la atención a la población es evidente. Nelson Chui, jefe de ARCC, indicó que será imposible culminar las obras el 2021. José Hernández, ex ministro de Agricultura, y Walter Gutiérrez, defensor del Pueblo, señalaron que la reconstrucción del norte —al ritmo de avance actual— demorará ¡20 años! Para el ex ministro, basta viajar a las zonas afectadas por las inundaciones del verano 2016-2017 para darse cuenta de la realidad.
Las cosas han comenzado a agravarse en el presente año. Según el portal del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en los cinco primeros meses del año el gasto en la reconstrucción cayó, en promedio, en 19%. La ejecución presupuestal en los departamentos afectados por el fenómeno climático de El Niño costero 2016-2017 es terriblemente baja: Tumbes 20.2%, Piura 19.5%, Lambayeque 19.7%, La Libertad 17.5% y Áncash 12.9%. Si bien la lentitud tiene que ver con que las nuevas autoridades han asumido el cargo, es evidente la improvisación. Días después de asumir el cargo, Nelson Chui ordenó la revisión de los proyectos porque —según él— los alcaldes presentaron información equivocada sobre esas obras. Se tendría que revisar más de 2,300 proyectos en los 14 departamentos afectados por el fenómeno climático.
A esta situación se suman las irregularidades. Por ejemplo, en enero pasado la Contraloría General de la República detectó en Lambayeque pagos por más de S/ 7 millones por obras no ejecutadas y relacionadas con la descolmatación del río La Leche, afectado por el fenómeno El Niño Costero 2016-2017. En medio de esta situación hay procesos e interrogantes que acrecientan el descontento social. Por ejemplo, las obras otorgadas a la empresa Construcción y Administración S.A. (CASA), una empresa vinculada a la campaña electoral de Pedro Pablo Kuczynski en el 2016, cuando Martín Vizcarra era jefe de campaña. Según se ha informado, después del Niño Costero 2016-2017, a la empresa CASA se le otorgó contratos por un monto de S/ 401 millones, para la construcción y rehabilitación de 21 puentes en los departamentos de Tumbes, Piura y Lambayeque, y la reconstrucción de la carretera Piura-Zarumilla. Los señalados puentes han sido construidos en la Panamericana Norte con el objeto de evitar las inundaciones que se presentan con el Niño Costero, y que suelen activarse de este (sierra) hacia la costa (oeste). No obstante, los puentes parecen “elefantes blancos” porque nadie sabe las razones de su emplazamiento, los criterios económicos que se han tomado ni los costos reales (que justifiquen los gastos del Estado). Algunos pobladores afirman que, tal como han sido diseñados ,los puentes no soportarán las inundaciones.
Bajo cualquier enfoque, resulta evidente que la llamada Reconstrucción con Cambios es un verdadero fracaso que desnuda el colapso de un Estado que ni siquiera puede controlar un proceso de descentralización. En vez de convocar una licitación internacional para que las compañías especializadas se encarguen de diseñar la reconstrucción, empaquetar los proyectos con criterios técnicos y futuristas y convocar al sector privado, el Estado se decidió a desarrollar el proceso por su cuenta. En este contexto, se presenta la falta presupuesto, la ausencia de criterios técnicos de las autoridades locales, el obvio interés de entregar las obras a constructoras amigas, el cálculo político, el cambio de los jefes de la Autoridad para la Reconstrucción, los expedientes abandonados con el cambio de funcionarios, las demoras en la elaboración de los proyectos, las marchas y contramarchas en la selección de iniciativas, entre otros problemas.
Una situación de este tipo, ¿acaso no es un escenario ideal para que prospere la corrupción? Como se aprecia, el Gobierno de Vizcarra está acumulando una serie de problemas que pueden terminar en un grave conflicto social.
COMENTARIOS