Raúl Mendoza Cánepa

¿Y la cultura?

Ningún artista debería batallar por un bono para hundir la barbilla

¿Y la cultura?
Raúl Mendoza Cánepa
24 de mayo del 2020


Quizás a pocos les importe. En Alemania o Francia, las industrias culturales son asumidas como de primera necesidad. Pero en el Perú el libro, el canto, la pintura… son artificios de lujo, marginales, no superan a la necesidad diaria de llevarse algo a la boca. Se festeja que se abran las pollerías, se desafía a la muerte en las colas por papas calientes, pero ¿qué representa la creación y el espíritu en una sociedad que se satisface de pechugas, muslos y salsas? 

Vallejo murió conociendo la pobreza en París, nutrido apenas de algunas publicaciones. Arguedas se voló los sesos de la pena. El de Vallejo fue un dolor metafísico, el de Arguedas, social. Sume el número de escritores, artistas plásticos y demás cultores que ralean centavos de su arte, mueren en penurias y sopese cuánto han aportado. De seguro usted no cree en ese aporte porque le llaman más los patios de comida rápida que los museos vivos ¿Visitó el Museo Metropolitano de Lima? ¿Conoce las librerías “informales” de Camaná y Quilca en el centro de Lima? ¿Ha contemplado los ambientes en Pueblo Libre. por donde se paseó el Libertador? ¿Qué son para usted las huacas? ¿Y el pasado? ¿Y la patria, que Barrés llamó “la tierra y los muertos”? Nada, ¿todavía no?

A lo largo de la pandemia se ha sabido de apoyos solidarios, pero ¿qué será de la cultura durante esta pandemia? ¿Qué será de las obras teatrales? Osvaldo Cattone preparaba una gran obra antes de la emergencia, y vil fuera que un hombre que dedicó su vida a la escena y se quedó en el Perú para regalarnos su talento haya interrumpido “El rey se muere” sin concreción a la vista. Pues que no se muera el rey; para salvar el teatro mientras la peste ahogue, la televisión. El recordado Pepe Vilar nos obsequió con magníficas obras en “Teatro como en el teatro”. Medios estatales y cultura, conjunción oportuna para quienes no queremos perdernos de obras como las que nos iba a presentar Cattone, aunque sin el aplauso caluroso y cercano de la gente; pero miles o millones de ojos permanecerán ávidos para verlo y aplaudirlo desde sus casas.

Está bien que la escuela asista a los niños desde la televisión estatal, pero hay decenas o cientos de actores que podrían ver un poco de luz. ¿Y si la televisión sirve para promover talentos literarios con narraciones extraordinarias? ¿Y si ensayamos exposiciones pictóricas desde la pantalla? ¿Y si el Estado apoya en este tiempo financiándolos para que expongan desde casa todo su potencial? ¿Y las escuelas de teatro, pintura, danza?

No todo es Netflix y pollo frito. ¿Qué hacemos para que los ojos de la gente pasen del terror de una pandemia al brillo y esperanza de la creación? Ningún artista debe batallar por un bono para hundir la barbilla, se lo pueden ganar si los medios de comunicación del Estado invierten en ellos y si los mecenas que el Perú requiere para darles un futuro creador asumen la tutela como la asumieron de algún balcón. Vamos, magnates criollos, ¿han adoptado un artista para formarlo y promoverlo? Conozco de algunas universidades que ponen en vitrina a sus autores profesores. Por allí la UCV lo hizo ¿Alguien recuerda a Vargas Llosa asumiendo de maestro del joven Antonio García Ángel gracias a la Fundación Rolex? Seguro que no. Los creadores poca atención tienen, ninguna autoridad los recuerda cuando se trata de una renta temporal en la catástrofe ¿Y los editores? ¿Qué coordinación existe entre la Cámara Peruana del Libro y el Estado? Sin posibilidad de la FIL Lima 2020, qué vehículos pueden conducir a que la gente conozca y adquiera libros sin el riesgo de un encuentro presencial.

Tema aparte. El Fondo Editorial del Congreso ha sido fecundo (naturalmente felicito la gran y prolífica labor de RVK y de sus antecesores), pero bueno hubiera sido dar la oportunidad a Dante Trujillo, que pergaminos, visión y experiencia tiene. ¿No era justo esperar que pase la tempestad para darle la oportunidad de concretar sus proyectos? La cultura no es la última rueda, es el timón que ve al futuro y el espejo retrovisor de nuestra formación y nuestra memoria.

Raúl Mendoza Cánepa
24 de mayo del 2020

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