Guillermo De Vivanco

Releyendo a Tolstoi

Releyendo a Tolstoi
Guillermo De Vivanco
19 de febrero del 2015

Reflexiones sobre la gran novela de Rusia, La Guerra y la Paz. 

Le decía el abat Farías al Conde de Montecristo que todo hombre debería tener en su biblioteca 300 libros y leerlos y releerlos. Desde entonces siempre postergué la relectura pensando en todo lo pendiente que hay por  leer.  

Guerra y Paz lo leí el 2005 en una edición DE BOLSILLO de 1174 páginas. Sin embargo mantenía un recuerdo de la “atmósfera” Rusa del libro pero 10 años después no hubiera podido dar un testimonio de sus personajes. He terminado su relectura publicada por Alianza editorial en dos tomos con más de 1,800 páginas: ¡increíble no sabía que había leído una edición “mutilada” en 600 páginas! Guerra y Paz es una novela que viene para quedarse, que lo envuelve a uno primeramente en el alma del hombre, que esta alma llena de guerra y paz libra permanentemente la batalla por la comprensión de la vida, que discierne entre el enfrentamiento y la reconciliación, entre el amor y la indiferencia, entre la vida y la muerte. Finalmente en  la responsabilidad del individuo ante el destino del mundo. La búsqueda del alma Rusa es tan manifiesta en Tolstoi como aquella escena en que la aristócrata condesa Natacha Rostov se siente de pronto subyugada por el ritmo y la belleza de un baile popular ruso que su tío invita a bailar y que ella sin cultura popular derrocha toda la gracia y esencia del alma rusa y baila divinamente. 

Ha sido tan conmovedora su relectura, tan vivos y sentidos sus personajes que difícilmente saldrán de mí. La agonía del príncipe Andrey que soñando que se moría, recordó que estaba durmiendo y, haciendo un esfuerzo despertó. “Era la muerte. He muerto… y me he despertado. Sí, la muerte es el despertar”. “Este pensamiento iluminó de pronto su alma, y el velo que le había ocultado lo desconocido hasta aquel momento aparecía levantado ante su mirada espiritual. Se sintió liberado de la fuerza que antes lo ligara y de nuevo lo invadió la extraña sensación de bienestar que ya no lo abandonó más”. Su cuerpo murió dos días después. 

Nos dice Irina Petrovitskaya profesora de literatura de la Universidad Estatal de Moscú: ¿Quién soy yo?, ¿para qué vivo?, ¿para qué nací? Estas preguntas sobre el sentido de la vida se la hacían para sí Tolstoi y Dostoyevski, “No tratan simplemente de buscar la comodidad individual en este mundo, sino de ver qué pueden hacer para la humanidad, para todo el mundo”. Guerra y Paz nos cautiva con sus personajes eternos y porque contiene esos problemas filosóficos que preocupan a todos los hombres: qué significa el amor o qué es el mal, como cuando Bezujov se pregunta por qué la gente mala se agrupa tan rápidamente y la gente buena no. 

Rusia en la búsqueda de su identidad, en su bipolaridad de orientales u occidentales, de Asia o de Europa, de nobles o campesinos, logró con las guerras napoleónicas una identidad nacional. Le debo a Lev Tolstoi el maravilloso viaje a través del tiempo a la Rusia histórica, a la antigua Moscovia, y al espectacular San Petersburgo. Desde los salones mas aristocráticos rodeados de la corte zarista hasta los campos de batalla. Su relectura es una experiencia inolvidable.   

Por Guillermo de Vivanco Roca Rey 

19 - Feb - 2015  

Guillermo De Vivanco
19 de febrero del 2015

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