Antero Flores-Araoz

¡Qué nivel!

Los escandalosos conflictos en las entidades del Estado

¡Qué nivel!
Antero Flores-Araoz
24 de junio del 2025


Cuando redactaba esta columna, estaba en duda respecto a titularla “Bajo nivel” o “¡Qué nivel!”, pero opté por este último a fin de evitar mayores resentimientos. Aunque también había pensado en algo así como “la situación demencial”. Pero es el caso que en otros confines del mundo ya hay bastante locura bélica como en Gaza, entre Israel e Irán, Rusia con Ucrania, sin olvidar por cierto los escándalos de corrupción como se han observado en España, en Venezuela y en otros muchos países. O primeros mandatarios que dan la impresión de esquizofrénicos, peleándose con todo el mundo incluidos sus compatriotas, diciendo y desdiciéndose, y no sigo más por la brevedad del espacio.

En el Perú no nos quedamos atrás pese a que, si bien los escándalos son cotidianos y llenan primeras planas, no tienen mayor connotación económica, aunque sí institucional, y dan la impresión que ella se ha dañado gravemente y que lejos de iniciar un camino de recuperación, el que se ha tomado escandalosamente es el del aumento de la conflictividad entre las entidades del Estado, pero con expresiones que ya parecen de ópera bufa, caricaturesca y encima de pésimo gusto.

Estamos en una situación beligerante de todos contra todos, unos acusan y los acusados se convierten también en acusadores, en que ninguna de las altas instituciones y poderes del Estado se salvan. Vemos con incredulidad como en el Ministerio Público, que debe ser monumento de la legalidad, se incumplen disposiciones que causaron estado, que en el Congreso de la República se aprueba recomendar la vacancia de la presidenta de la Repúblicas, en lugar de preocuparnos por la economía y facilitar inversiones. Nos dedicamos a perder el tiempo en los relojes de la presidenta o de sus cirugías estéticas, así como a escuchar sus peroratas que más parecería que émula a “Alicia en el País de las Maravillas”, en clarísimo cierre de ojos sobre nuestra realidad.

En el Congreso sigue el despilfarro, habiendo observado un medio local que hay por lo menos 24 iniciativas que ponen en riesgo la Caja Fiscal. Además del gasto congresal desbocado, se adoptan infinidad de decisiones populistas como la creación sin límite de universidades, reducción del IGV para el diferencial pase a los gobiernos municipales que no se caracterizan por su responsabilidad en el gasto y la gestión de recursos. Se hace leña y pabilo al sistema previsional con aumento de pensiones a maestros y por supuesto el subsidio eléctrico que perjudicará a otros sectores de menores recursos.

Nadie hace caso a advertencias como la de Moody's respecto a la falta de disciplina fiscal. Pasan los meses y meses y el puente de Chancay sigue en ruinas porque el Ministerio Público aún no permite levantar los escombros, pero sin embargo persiste la reyerta con relación a quien ejerce la Fiscalía de la Nación, con visitas que rayan en lo pintoresco ante la actitud renuente de quien está en el Despacho para cumplir con mandatos de la JNJ. En la televisión hemos visto a fiscales haciendo vigilia con más velas que envidiaría la Hermandad del Señor de los Milagros.

En el Congreso se denuncia a los miembros de la JNJ, la Fiscal de la Nación en ejercicio lejos de ayudar a poner al día el despacho de la Fiscalía pierde el tiempo denunciando a gil y mil. Nadie se atreva a pasar delante de la puerta de la Fiscalía, pues de seguro lo denuncian. Se preguntarán ¿con qué motivo? pues ello no importa, la imaginación es poderosa.

Acusan también a la presidenta del Poder Judicial de haberse dejado avasallar por el presidente del Consejo de Ministros, lo que ambos niegan pero pocos les creen. El también denominado Primer Ministro concurre al Congreso, parecería que con la lámpara de Aladino, soñando con un Perú que dista muchísimo de la realidad. La Junta Nacional de Justicia se dice y se desdice y siguen peleándose por el significado tan sencillo como es la “unanimidad”.

En el Ministerio Público y también en el Poder Judicial, se arrugan para no cumplir con la nueva normatividad de extinción de dominio, la investigación policial y la penalización a menores entre 16 y 18 años, que muchas veces delinquen como el más peligroso y cruel de los criminales mayores. Personal gubernamental o bien relacionado, elude a la Justicia y a los llamados a capturarlos, se les escapan como si fuesen tortugas rengas. Pese a estar próximos a elecciones generales ya convocadas, recién la autoridad electoral, hace una revisión de padrones para ver a quien excluye, por supuesto tarde.

Un expresidente de la República inhabilitado por el Congreso tres veces, majaderamente pretende ser candidato a tal cargo pese al impedimento, mientras hay otros tres expresidentes que cumplen detención en el Penal de Barbadillo, esperando a un cuarto para el equipo. A ver si se entretienen jugando al poker.

No hay en los medios buenas noticias, pero sin embargo se sigue con atención la chismografía, como que “Chibolín se fue de viaje con la fiscal”. Un juez citó y sentenció el mismo día y en media hora, pero todo el resto del despacho judicial permanece recontra atrasado. ¡Extraño muy extraño! La minería ilegal aumenta, pero en el Congreso se maquillan los proyectos legislativos para simular su combate.

Nos cansamos de seguir con la enumeración, más no para decir ¡Qué tiempos aquellos! En que había autoridades de calidad, que cumplían con sus obligaciones, que no se peleaban con otras a tontas y a locas y sabían dialogar.

Ya no hay presidentes caballerosos como fueron Manuel Prado, Fernando Belaunde y Alan García. Tampoco primeros ministros como Pedro Beltrán, Javier Pérez de Cuellar, Alfonso de Los Heros, Luis Solari y Jorge Del Castillo. Se extrañan a presidentes del Parlamento como Ignacio Brandariz, Héctor Boza, Ramiro Prialé, Javier Alva, Felipe Osterling, Roberto Ramírez del Villar y Martha Hildebrandt entre otros. Cómo quisiéramos tener nuevamente Fiscales de la Nación como Gonzalo Ortíz de Zevallos, César Elejalde o Gladys Echaíz. En el Poder Judicial hacen falta presidentes como Domingo García Rada, César Fernández Arce, Enrique J. Mendoza y Hugo Sivina. En la Defensoría del Pueblo recordamos a Jorge Santisteban de Noriega y a Beatriz Merino Lucero.

¡Tiempos aquellos! de buenas formas, de cordura y no de actitudes beligerantes, soberbias y algunas veces demenciales. Para colmo la presidenta Boluarte, por sus cuestionamientos, con razón o sin ella, no está capacitada para llamar al orden a todas las autoridades en conflicto.

Antero Flores-Araoz
24 de junio del 2025

NOTICIAS RELACIONADAS >

Hay que enfrentar al SIDH

Columnas

Hay que enfrentar al SIDH

El nuevo presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, en su pri...

17 de junio
No son leyes

Columnas

No son leyes

  La Ley, por lo general está definida como una norma jur...

10 de junio
¿De qué formalización hablamos?

Columnas

¿De qué formalización hablamos?

Es más que sabido que gran parte de las actividades empresarial...

03 de junio

COMENTARIOS