OMS: mirada hacia el 2024

En comunicado de prensa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), denominado “Logros a escala mundial en materia de salud en 2023. Motivos para la esperanza” señala que durante el 2024 contribuirá a avanzar hacia un mundo más sano, seguro y más justo. El comunicado de prensa, luego de pasar revista a una serie de avances o logros, concluye revisando la agenda y los retos más importantes para el 2024. Uno de los aspectos relevantes que resalta la OMS, es la realización de la 77ª Asamblea Mundial de la Salud, en el mes de mayo, que examinará, entre otros aspectos, un “nuevo acuerdo internacional sobre pandemias”. La constatación empírica ha demostrado que durante la pandemia el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) fue insuficiente e ineficaz para enfrentarla, por tanto hay que estar precavidos para afrontar hechos similares en el futuro. Además la Asamblea de la Salud examinará el Proyecto 14º Programa General de la OMS. Este programa "fijará la estrategia y la hoja de ruta” por la que se regirá la gestión de la OMS durante los próximos 5 años, que implica, además, asegurar su financiamiento sostenible. 

En ese contexto, la participación de los representantes del Perú, a través de los ministerios de Relaciones Exteriores y Salud, debe ser proactivo y propositivo. Asimismo, es necesario realizar bloques o conjunción de esfuerzos con otros países con similar problemática para lograr que se incluyan en las prioridades los temas álgidos o las brechas sanitarias de sus poblaciones. En ese sentido, los ministerios implicados deberían coordinar esfuerzos para cubrir todos los espacios de participación, desde las reuniones preparatorias hasta la aprobación en la Asamblea de la Salud. 

La OMS ha resaltado para el 2024, cuatro aspectos, que marcarán la diferencia frente al trabajo de los años precedentes. Un primer aspecto es la celebración del 50 aniversario del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI). Hay que señalar que esta iniciativa buscaba dar “acceso universal a las vacunas". Se ha avanzado, pero, aún dista de haber logrado los objetivos propuestos. En este periodo se ha producido un enorme avance científico y tecnológico que ha afianzado la importancia de las vacunas para salvar vidas, sobre todo, en la población infantil. Pero, según la OMS, es en la vacunación infantil donde se ha presentado “un estancamiento". Por tanto, el 50 aniversario debería servir para que los “decisores” de los países “vuelvan a dar prioridad” a las vacunas.  

Además, hay que tomar en cuenta que durante la pandemia del Covid-19, se ha debatido bastante en torno a la producción, aprobación, comercialización y uso de las vacunas. Sin embargo, a pesar de las evidencias científicas, la eficacia y las ventajas de las nuevas tecnologías en la producción de vacunas, a la par han crecido los “movimientos o colectivos” contrarios a su utilización. En consecuencia, se espera que este aniversario procure un espacio para la comunicación, la información y la educación de la población en general con la finalidad de lograr la adhesión “voluntaria y consciente” a los beneficios de la vacunación, no solo para el individuo particular, sino también, para las colectividades, es decir, para disminuir el riesgo de enfermar o morir debido a que  la mayoría de la población ha desarrollado anticuerpos contra las enfermedades que son prevenidas por cada una de las vacunas que son aplicadas en el esquema regular de vacunación, incluso, contra la Covid-19. (Efecto rebaño de la vacunación).

Un segundo aspecto, está relacionado con la resistencia a los antimicrobianos. En ese sentido se celebrará “una reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas” sobre el tema en septiembre del 2024.  Según la OMS el objetivo es “instar a los países a que asuman compromisos audaces para atajar esta amenaza, acelerar la adopción de medidas y trabajar en pos de metas acordadas internacionalmente". Es necesario resaltar que la resistencia microbiana ha sido declarada como una de las diez principales amenazas para la salud en el mundo,  debido a que las bacterias, los hongos y los virus se vuelven insensibles o resistentes a los medicamentos, por tanto, crean dificultades en los tratamientos de las infecciones. En ese contexto es necesario promover el uso racional de los antimicrobianos, tanto en los seres humanos como en los animales y en la industria alimenticia. Además, es necesario vigilar la resistencia a los antimicrobianos con una adecuada notificación y registro, así como, orientar y educar a la comunidad en los riesgos de la resistencia antimicrobiana y las estrategias de control. 

Un tercer aspecto, está en relación con “los elevados índices de aislamiento social y la soledad” que padecen un gran segmento de la población. Para tal fin, la OMS ha creado la “Comisión de la OMS sobre Conexión Social” con la finalidad de combatir la soledad y el aislamiento social, que tiene graves consecuencias para la salud. La OMS señala como consecuencias el aumento del riesgo de accidentes cerebrovasculares, ansiedad, demencia, depresión y suicidio. Como se puede apreciar la OMS se refiere a dos conceptos distintos. El primero es el aislamiento social, cuyo signo distintivo, es la falta de conexiones sociales. El segundo, es la soledad, que es el sentimiento aflictivo de estar solo, separado o excluido del grupo social. En consecuencia, es imprescindible implementar políticas públicas que promuevan espacios de conexión social en todas las actividades de la vida cotidiana. 

Un cuarto aspecto, está en relación con las “nuevas fronteras en materia de salud digital". Ya desde octubre del 2023, la OMS publicó las nuevas orientaciones para las consideraciones reglamentarias para el uso de la inteligencia artificial con la finalidad de asegurar que esta nueva tecnología garantice seguridad y eficacia.  Asimismo, aborda sus riesgos, que según la OMS serían, “la recopilación de datos no ética, las amenazas en materia de ciberseguridad y la amplificación de los sesgos o la desinformación". Si bien es cierto, que las normas vigentes preservan la confidencialidad de la recopilación y almacenamiento de los datos de los usuarios de los servicios de salud, la irrupción de la inteligencia artificial ha creado nuevos desafíos para garantizar esa confidencialidad. Pero, quizá el mayor reto es la posibilidad de disminuir o eliminar los sesgos debido a la selección de los datos o al diseño de los algoritmos u otros mecanismos. En ese sentido, es necesario emprender la construcción de un marco regulatorio a nivel internacional y nacional que proteja el ejercicio de los derechos fundamentales de la gente. ¡Es imprescindible participar y contribuir en la agenda mundial de la salud!