Eduardo Zapata

¿Maestros los de mi tiempo?

Hoy existen nuevas habilidades y competencias

¿Maestros los de mi tiempo?
Eduardo Zapata
19 de febrero del 2020


Mientras para algunos, Internet y el mundo de la electronalidad están produciendo seres humanos empobrecidos, los jóvenes de hoy sostienen que sus hermanos menores –ellos sí nativos digitales– son mucho más inquietos y creativos, no esperan soluciones `de fuera´, sino las buscan ellos mismos, y –en definitiva- tienen mayores competencias y habilidades que las que tenían ellos a su edad.

“A su edad, yo era casi un nerd dependiente de mis padres”, dice uno; “mi hermano de 9 años me gana con facilidad en todos los juegos de Internet”, acota otro con no poca vergüenza. Cualquier problema que se presenta como usuario de las nuevas tecnologías lo descubre y soluciona –siempre y sostenidamente– el hermano menor.

Claro está, sin embargo, que hoy se detectan mayores índices de hiperactividad o falta de concentración en los niños de las escuelas públicas y privadas. Claro también que hacer varias cosas al mismo tiempo –también consecuencia de la tecnología electronal– suele desconcertar al maestro de aula y constituir un problema para la actual propuesta escolar. Claro también que el mayor se sentiría más cómodo si el menor recorriese el mismo camino lleno de previsibilidades que él recorrió.

Sin embargo, convendría estar atentos a estos datos proporcionados por los propios jóvenes que tienen hermanos menores y comparten tecnología. Porque, aun cuando muchos pretenden negarlo, estamos ante el advenimiento de nuevas generaciones ya no signadas por lo que un filósofo como Sloterdijk llamaría `fuerzas inhibidoras´, sino más bien `desinhibidoras´. ¿No será que gran parte del llamado fracaso de nuestra escuela consiste precisamente en negar evidencias de competencias y habilidades nuevas y distintas, por seguir apostando por modelos educativos que –tal vez, solo tal vez– fueron eficientes para el mundo del ayer?

Se critica aún en estos tiempos la relación entre la Ley de la Carrera Pública Magisterial original en el periodo del ministro Chang y la meritocracia. Curioso resulta que muchos de los que realizan estas críticas, saben que dos profesiones o actividades fueron asumidas por muchísimas personas por sentir que carecían de competencias para otras: una de estas profesiones fue la de maestro.

Sueldos bajos, pero estabilidad laboral; estancamiento intelectual, pero nunca evaluación; memoria repetitiva y burocrática, pero poca creatividad. Creo que estamos ante un problema serio en el magisterio. No por la Ley criticada, sino porque esa misma Ley mejorada (se entiende optimizada para asegurar calidad) dejará fuera a un mayor número de maestros. Personalmente creo que tenemos más de 200,000 maestros –hoy en funciones– cuyas competencias y habilidades son superadas por las de sus propios estudiantes. 

Muchos reclaman que la ley incorpore el `desempeño en aula´ como factor meritocrático. Obvio que no suena mal. El problema es que –por escala– esto es imposible de medir objetivamente, y terminarían tal vez por obtener mejores puntajes los maestros amigos de las `fuerzas inhibidoras´ y simplemente adaptativas (no proactivas). Porque en eso han sido entrenados.

Eduardo Zapata
19 de febrero del 2020

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