Raúl Mendoza Cánepa
Frente de Recuperación Económica
Recesión económica y candidaturas presidenciales

La pandemia ha sido para la economía peruana como una guerra contra un invasor superior, uno que aún ocupa las calles. Nada es más oportuno, por tal, que la paz política en este 2020, por lo que bien se haría en aguardar a junio de 2021 para las elecciones generales, sin afectar que el 28 de julio se produzca el cambio de mando.
Hay otro tema más importante, y es que en la escena prevalecen los que embanderan discursos que no tocan la recuperación económica. Algunos partidos o líderes se han estancado en temas desagregados y de coyuntura, otros se han centrado en los derechos y las reformas políticas, como si volarse años de crecimiento en tres meses fuera un tema tangencial. Visto así, hace dos semanas en esta columna se asumió que una candidatura seria sería la de Roque Benavides. El empresario ha dicho que no desea participar, que ya sirve desde su empresa; pero la tiene clara, y su énfasis es la recuperación económica. ¡Qué mejor! Si se llega a animar él u otro con sus virtudes, bien lo hiciera en un frente que entienda lo mismo. Bajo una plataforma, pero sobre la base de nombres que presten su capacidad y honorabilidad a seguir la ruta de la liberación de las fuerzas productivas. Hay varios que podrían aportar: Carlos Neuhaus, Fernando Cillóniz, Rafael Belaunde, Rafael López Aliaga, Hernando de Soto y más. Las sugerencias son bienvenidas.
Quien crea que el eje de la política futura es el género en las escuelas o la reforma política o algún adyacente más, se equivoca. Sería hacerla de pepekausas sin PPK, o seguir la línea actual del presidente Vizcarra, que es reactivar desde los fondos públicos y no desde el destrabe legal. Es una emergencia, qué duda cabe; pero ¿el futuro? Uno de los puntales en ese frente podría ser Hernando de Soto, que dice: “Destrabar la minería liberaría setenta veces más recursos que Arranca Perú”. Más precisamente dice: “Actualmente se podrían liberar, a valor presente, US$ 135,000 millones, que son 70 veces más de lo que el Estado va a poder hacer con el presupuesto asignado por el presidente”.
El Perú del 2021 en adelante no está para jueguitos ideológicos o baladíes que no aporten. Se calcula una caída del Producto Bruto Interno de alrededor de 15% y que más de dos millones de peruanos han perdido su empleo; por lo que si no se escuchan propuestas integrales de recuperación y desarrollo, las candidaturas más importantes serán las que aparezcan, las de aquellos que saben de economía. El Estado, ya agotado, no será el motor de ese crecimiento; lo será la empresa privada, en particular la minería que produce riqueza y ese gran cúmulo de medianos y pequeños empresarios que son los que crean empleo. La pregunta será entonces: ¿Sobre qué sabe o habla más mi candidato o sobre qué materia enfatiza o tiene las ideas claras? Nadie querrá, salvo por necedad o infortunio, que la agenda del debate sea sobre el manido sexo de los ángeles o los tanques persiguiendo “choros”. La seguridad es esencial, pero sin economía el crimen crece.
En la experiencia de frentes, el más cercano fue el Fredemo, un frente liberal con ideas estructuradas sobre la recuperación económica ante el descalabro hiperinflacionario de fines de los ochenta. Los escenarios, razones aparte, se parecen.
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