Raúl Mendoza Cánepa
El futuro esquivo
La muerte del economista Roberto Abusada

Una enorme pérdida es la partida del economista Roberto Abusada, muy buen amigo de sus amigos además de un hombre clave para entender la economía. Aún por encima de su notable aporte a la libertad y al crecimiento desde el MEF, destacaron sus dotes de persona. Fue columnista en El Comercio, y podemos acercarnos al conjunto de su pensamiento en sus artículos recogidos para su último libro, El futuro esquivo (1), en el que analiza y describe el paso de la economía peruana desde 2013 hasta 2020.
El voluntarismo político no supera la lógica del desarrollo. El Perú, nos lo recuerda, encontró su camino en los noventa y lo siguió durante la primera década del siglo XXI. “El progreso económico del Perú durante dos décadas ha sido notable. El producto bruto interno por habitante ha pasado de US$ 1,500 a US$ 6,700; la pobreza se ha cortado en más de la mitad, la desigualdad del ingreso ha disminuido y ha surgido una clase media que abarca ya a más de un tercio de la población”.
Hasta 2013 el Perú creció, en promedio, 5.4%, pero desde aquel año hasta 2019, el crecimiento promedio del país no llegó al 3%. Un punto del PBI adicional de crecimiento genera muchas decenas de miles de trabajos formales cada año. Sin embargo, no basta con crecer; las reformas son importantes para no llegar a la trampa del crecimiento, de la que se han librado países como Japón, Corea, Taiwán o Singapur.
Señala el economista: “Los países que escaparon de la trampa del ingreso medio lo hicieron recurriendo a la innovación basada en la educación y la investigación científica, construyendo infraestructura física y reforzando sus instituciones, reformando sus mercados de trabajo y eliminando trabas al esfuerzo empresarial”. Abusada añade: “Ello permitió el crecimiento de su productividad. Su estructura productiva pudo seguir evolucionando hacia productos con mayor valor agregado y mayor componente de innovación”.
Actualmente se pretende que la Constitución sea más una herramienta de poder que la garantía de seguridad y libertad que auspicia el crecimiento. Roberto Abusada dirigió el Instituto Peruano de Economía y es de esta institución que recojo lo siguiente: “Al respaldar las libertades económicas y un marco estable, con la Constitución vigente la inversión privada se quintuplicó entre 1993 y el 2019, al pasar de S/18.028 millones a S/101.002 millones”.
Luego se señala: “El cambio constitucional permitió sentar las bases para el crecimiento económico de los últimos años. El PBI per cápita del Perú se multiplicó 2.6 veces desde 1992, luego de haber caído 30% tan solo entre 1987 y 1992”. Conviene añadir que la inversión ha sido fructífera, desde 2006 la desigualdad se redujo según el índice de Gini, la pobreza pasó de 60% en 2001 a 20% en 2019. La pobreza extrema pasó de 16% en 2004 a 3% en 2020. En veinte años, el ingreso promedio rural se incrementó 2.7 veces.
Más inversión es más empleo, pero quedan tareas pendientes. Esto ocurre cuando el mal diseño institucional y la inestabilidad política colisionan con los beneficios sociales de la economía. Un tema eje mal planteado es la regionalización. Entre el 2007 y el 2020, los presupuestos de los gobiernos regionales y municipales aumentaron 3.3 veces, esas cifras deberían atacar la pobreza, pero las burocracias regionales fueron diques de contención y el dinero agua estancada. Dice Abusada: “Hoy comprobamos que el Estado ha transferido competencias e ingentes recursos a caciques regionales elegidos o reelegidos cada cuatro años mediante algo que se parece más a una licitación que a una consulta popular”.
Que el futuro no nos sea esquivo, aunque los nuevos vientos señalen lo contrario.
1) https://www.elvirrey.com/libro/el-futuro-esquivo_70128223
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