Giovanna Priale

El desempleo de los jóvenes: una señal de alerta

Un problema que crece con la desaceleración económica

El desempleo de los jóvenes: una señal de alerta
Giovanna Priale
09 de junio del 2017

Un problema que crece con la desaceleración económica

Hoy en día nos toca hablar con seriedad sobre cómo vamos a enfrentar un problema que se está agudizando: el desempleo de los jóvenes. Este es un factor clave porque al no ser capaces —como país— de crear puestos de trabajo adecuados, las siguientes generaciones podrían enfrentar una calidad de vida inferior a la de sus padres o abuelos, con el consiguiente empobrecimiento de las futuras familias.

Esto resulta paradójico. Mientras países como Japón y China enfrentan elevadas tasas de envejecimiento y, por ende, muy poca población en edad de trabajar, lo que se observa en los países emergentes, como los de América Latina y África, es que el bono demográfico aún te permite contar con jóvenes ingresando al mercado laboral, por lo menos durante los próximos veinte años.

De esta manera, podría afirmarse —casi de manera categórica— que si los países emergentes tuviesen estrategias de política económica eficientes y un entorno mundial amigable, se podrían generar puestos de trabajo productivos, y con ello contrarrestar las elevadas tasas de desempleo juvenil.

Según el último reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “el aumento del desempleo es provocado por la desaceleración económica de los países emergentes y por el estancamiento del crecimiento de los países desarrollados”. Así, se estima que el desempleo juvenil en América Latina se incrementaría del 15.7% en el 2015 a cerca del 17.1 en el 2017. Y esta realidad trae consigo muchas otras consecuencias para la población en general.

Es muy común escuchar, aún entre la población mayor de 65 años y que nunca contribuyó a un sistema de pensiones, que son sus hijos los que los mantienen. Y hemos leído a algunos distinguidos economistas señalar que la gente siempre ahorra y, por tanto, de algo vivirán en la vejez. Pues estas dos afirmaciones, en un entorno incapaz de generar empleo a los jóvenes, se caen de maduras. No será posible “que mis hijos me mantengan” o que “de lo que haya ahorrado (en la forma que sea) viviré en la vejez” y nos quedaremos desnudos frente a la vejez.

Es por ello que, en mi opinión, este es un tema de suma importancia y tiene que ser puesto en el centro del debate. Pero la discusión no empieza por cómo distribuimos dinero para tener pensión en la vejez, sino por cómo generamos crecimiento económico, igualdad de oportunidades y productos financieros durante la vida laboral del trabajador; de manera que este cuente con trabajo adecuado, pueda ahorrar, adquirir sus activos fijos (casa, auto) e invertir en la educación de sus hijos.


Aún no veo este debate, y creo que ahí es donde tenemos que enfocarnos; no podemos conformarnos con menos. Esto supone reactivar la inversión privada en minería sustentable y en turismo, como fuentes generadoras de divisas; e invertir en infraestructura para acercar los puntos de producción a las zonas de consumo y exportación. Nos toca arar duro, solo así lograremos construir un verdadero futuro para nuestros jóvenes.

 

 

Giovanna Prialé Reyes

Giovanna Priale
09 de junio del 2017

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