Perú: desafíos de corto plazo

¿Está el Perú preparado para enfrentar el vaivén económico y geopolítico mundial de 2025? Nuestro país enfrenta un sinnúmero de desafíos, pero quisiera tratar de resumir los que considero indispensables de atender en el corto plazo.

Perú, como sabemos, es un país pequeño, produce el 0.195% del PBI mundial, cifra ligeramente superior al valor de hace cien años, que representaba alrededor del 0.168%. En términos de productividad, Perú ocupa la posición 63 de 67 países evaluados, según el ranking de competitividad mundial elaborado por el Institute of Management Development (IMD) y difundido por Centrum Pucp. 

Por su parte, de acuerdo con el informe sobre desarrollo humano del Programa de Naciones Unidas (PNUD), Perú se encuentra en la ubicación 87 de 191 países en el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Mientras que según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), publicado por Transparencia Internacional, Perú alcanzó la posición 121 de 180 países, reflejando que la población, en su mayoría, considera elevado el nivel de corrupción.

En pocas palabras, seguimos siendo un país pequeño, con bajos niveles de productividad, elevados índices de corrupción percibida y aún, en la tabla media en desarrollo humano. Siendo ese el punto de partida, es más clara la hoja de ruta que requerimos resolver en el corto plazo. 

Debido a nuestro tamaño, lo que sucede en el resto del mundo nos impacta fuertemente y dado que nuestros principales socios comerciales son China, Estados Unidos y Canadá, la política del presidente Trump que incluye acciones proteccionistas y mensajes ambiguos con respecto a la guerra entre Ucrania y Rusia, no hacen sino generar mayor inestabilidad mundial. 

Ante esta situación, es fundamental establecer las prioridades. En primer lugar, es crucial mantener la estabilidad macroeconómica: déficit fiscal controlado (menor al 3%), deuda pública moderada, inflación entre 1% y 3% y tipo de cambio flexible para absorber los shocks externos. Para ello, se debe evitar aprobar más exoneraciones de impuestos y reducir el gasto público, priorizando la ejecución del presupuesto por resultados (PPR). El MEF podría poner a disposición del público, de manera sencilla, en la plataforma de Consulta Amigable del MEF, una sección sobre el gasto ejecutado y su efectividad para facilitar el seguimiento del PPR. 

En segundo lugar, es vital fomentar la inversión sostenible. Y aquí no se debe perder de vista que el 80% de la inversión es privada, por lo que, al proceso de aceleración de proyectos de Asociaciones Público-Privadas (APP) y de Proyectos en Activos (IPA) que está llevando a cabo el Ejecutivo, se debe sumar la cartera de proyectos mineros más próximos, como San Gabriel, Zafranal, Pampa de Pongo y Trapiche. Para este objetivo, es clave el liderazgo y acompañamiento del Minem y, por ende, resultaría de suma utilidad, diseñar un observatorio de proyectos mineros en desarrollo, en el que el ciudadano pueda monitorear el avance de los mismos, el cumplimiento de los requisitos medioambientales, la generación de empleo estimada y las etapas de desarrollo de los mismos.

En tercer lugar, se requiere recuperar nuestro país de la violencia y la corrupción que está arrinconando a la población y se ha convertido en nuestro principal problema. No solo se deben enfrentar las extorsiones y robos diarios, sino que, además, se debe poner freno a las actividades ilegales que operan en condiciones infrahumanas y matan sin piedad. Para ello, se requiere un liderazgo totalmente distinto a cargo del Mininter que incluya acciones preventivas y punitivas acorde con el desenfreno que se está viviendo. En este caso, adicionalmente, se podría modificar el mapa del delito del MIninter, para añadir videovigilancia inteligente y prevención del crimen mediante análisis predictivo. 

Sin duda, los tiempos han cambiado y hoy es posible que los ciudadanos podamos acceder a información vital que el Estado debe poner a disposición, usando las herramientas de la inteligencia artificial, para que podamos juntos lograr: mantener la estabilidad macroeconómica, acelerar la inversión sostenible y hacer retroceder a la delincuencia e ilegalidad. 

Nota: gracias inmensas a Víctor Andrés, que me ha recibido con los brazos abiertos, para volver a escribir. Feliz de volver.