Alexis Gonzalez Tello
Reformas estructurales: la deuda pendiente
Para superar la inestabilidad institucional, la inseguridad y la falta de competitividad

El Perú se prepara para las elecciones generales en medio de una prolongada crisis institucional y social. Este momento de renovación política debe ser la oportunidad para recuperar el rumbo. Las futuras autoridades no pueden seguir postergando decisiones urgentes. Más allá de discursos o promesas, es hora de compromisos concretos con un proyecto de nación que apueste por el crecimiento inclusivo, la institucionalidad y el bienestar colectivo.
En los últimos veinte años hemos experimentado momentos de crecimiento económico notables, impulsados por el auge de los precios de los minerales, pero sabemos que este crecimiento ha sido insuficiente para resolver los problemas estructurales que limitan nuestro desarrollo. El informe del Grupo Banco Mundial, “Perú: Aprovechando oportunidades para el crecimiento y la prosperidad”, lo deja claro: sin reformas profundas, el país no alcanzará su potencial.
La productividad laboral se ha estancado, la inversión privada se ha reducido y la informalidad alcanza niveles alarmantes, con más del 77% de la población económicamente activa atrapada en empleos precarios y de baja calidad. Más grave aún, la contribución del capital humano al crecimiento económico ha sido mínima desde 2002. Una situación insostenible.
A esto se suman disparidades territoriales enormes: Lima tiene un ingreso per cápita tres veces mayor que regiones como Huancavelica. Las deficiencias en infraestructura, servicios básicos e institucionalidad en regiones rezagadas no solo frenan el crecimiento, también alimentan el malestar social. ¿Cómo construir un país cohesionado si millones de peruanos sienten que el Estado simplemente no llega?
El libro recientemente publicado “Economía peruana y reformas estructurales. Diagnóstico, reflexiones, propuestas y la urgencia de relanzarlas”, de Juan José Marthans, aporta una reflexión profunda sobre los obstáculos estructurales que enfrenta el país: inestabilidad institucional, inseguridad, falta de competitividad y desigualdad. Desde un enfoque integral Marthans convoca voces autorizadas en una obra que reclama relanzar las reformas estructurales urgentes que deben orientarse al fortalecimiento de la institucionalidad política y económica en el marco de una economía social de mercado. Este libro es un llamado desde la academia y la experiencia para construir un futuro más próspero y equitativo que todos esperamos.
La inestabilidad política y la falta de continuidad en la gestión pública son obstáculos recurrentes, no podemos esperar el momento ideal. Las reformas requieren liderazgo, visión de largo plazo y acuerdos que trasciendan los ciclos electorales y el cálculo político. Ya destacamos que el crecimiento económico no puede descansar sólo en la minería o la exportación agrícola. Necesitamos un nuevo contrato social que ponga al ciudadano al centro y que haga de la productividad, la formalidad y la equidad territorial los pilares de una economía moderna.
Las elecciones son una oportunidad, pero también una prueba. O seguimos postergando los cambios estructurales o nos atrevemos a construir un país con instituciones más sólidas, más oportunidades y más cohesión. Las reformas estructurales no son una opción política, son una deuda moral con millones de peruanos que esperan algo más que promesas.
COMENTARIOS