Iván Arenas
¿El 2026 será peor?
Año electoral, y con más de 30 partidos inscritos

En una parte de la clase política nacional se considera que con la salida (adelantada o no) de la presidenta Dina Boluarte la crisis de gobernabilidad se reducirá. En esa narrativa se considera que Dina Boluarte es la principal pieza que desorganiza todo el espacio de la política. No obstante, hay un craso error: considera que, de una u otra manera, vivimos una antesala de una crisis mayor que se agudizará en el 2026 con las elecciones presidenciales.
De acuerdo a mi aproximación existen todas las condiciones objetivas para que la crisis, en lugar de reducirse, se vuelva más compleja. Observen la situación actual del país: crisis de legitimidad en las instituciones, guerra por el poder e ideológica en el Ministerio Público, aumento de pobreza y criminalidad, poca eficiencia o desaparición del Estado en algunas zonas. La lista de problemas es larga.
En condiciones así entraremos a un 2025 y a un 2026 –año electoral– con más de 30 partidos inscritos, y con ello la diversificación de los votos. Es casi seguro que tendremos un Congreso de pequeñas representaciones, aumentando la imposibilidad de llegar a acuerdos de gobierno. Llegue quien llegue a la Presidencia, deberá organizar un acuerdo de gobierno con muchos partidos.
Con una herencia de problemas complejos y un presente difícil, el nuevo gobierno se verá obligado a llegar a un acuerdo grande y de ancha base, o a cerrar el Congreso y –en último ratio– a nuevas elecciones. Se esperan años turbulentos, de choques desesperantes entre Legislativo y Ejecutivo. De allí entonces que el gobierno de Dina Boluarte sea todavía un gobierno de certidumbres frente a lo que se viene. En todo caso, ver para creer.
Pero como un ejercicio de futurología, la cosa no pinta bien, cómo se suele decirse. El detalle está en quien pueda ganar las elecciones presidenciales del 2026. Algunos tiran los dados por Humala, creyendo que encarna un radicalismo que es el “espíritu del momento”. Pero ojo que la izquierda no va a dejarle el camino fácil. Al fin y al cabo, son tradiciones absolutamente distintas.
¿El 2026 será peor? Todo indica que sí.
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