El calentamiento global nos congela

Sobre el más reciente disparate de los ambientalistas radicales.

No voy a analizar el significado político del espectáculo que armó el ministro del Ambiente con su selfie. Tampoco me arriesgaré en hacer una lectura psicológica de los hechos, eso lo harán unos u otros. Ni tampoco hablaré sobre los posibles desórdenes y otros trastornos mentales que parecen padecer los alarmistas. Solamente quiero resaltar que, una vez más, hemos visto al ministro hacer lo que él intenta prohibir a los demás.

Si bien él ha dicho que “La foto muestra un momento de alegría” ¿se habrá dado cuenta que su frivolidad era solo un desperdicio de energía (con las emisiones correspondientes de CO2)? ¿Se preguntó sobre la necesidad de hacer esta foto? O sea, si se trata de él, ¿todos los pequeños gestos a favor del planeta no cuentan?

Reconozco que esta crítica es un poco dura, pero lo cierto es que no lo es tanto en comparación con las emisiones de CO2 que producirá el desplazamiento de la delegación peruana hacia París, para asistir a la COP21. Y, para mala suerte, no se podrá contar con el solar impulse que solamente permite transportar baterías y no pasajeros. Terminaré este párrafo siendo más católico que el Papa y preguntaré si ¿es razonable la exhibición ostentosa de un Smartphone, objeto del “consumismo diabólico”, en el contexto de desigualdad que conoce el Perú?

Pero la autosatisfacción de los alarmistas también tomó otra forma estas últimas semanas. Dixit el sitio de la COP20: “El cambio climático es ya la principal preocupación mundial, según encuesta”. Estos resultados, y el análisis propuesto en el artículo me parecieron tan alejados de lo que informa a diario la prensa (pensamos solamente en el tema de la inseguridad ciudadana) que, fiel a mi costumbre, decidí ver de qué se trataba. Basta seguir el link del centro de investigaciones que realizó la encuesta y bajar el formulario “Topline Questionnaire”, para darse cuenta de varios sesgos metodológicos importantes.

Todo lo que se debería evitar en una encuesta está incluido: la inducción de la respuesta mediante la pregunta orientada, temas peculiares sin relación con el cambio climático (programa nuclear iraní, tensión entre Rusia y sus vecinos, etc.) y la ausencia de clasificación relativa de los temas de preocupación de los encuestados. En este punto, no es lo mismo preguntarle a la gente cuánto le preocupa el tema A, después el tema B, el C, el D etc., que pedirle a las personas que definan cuál es el tema que más les preocupa entre A, B, C y D.

Lo más raro en esta historia es la razón de ser de esta encuesta. En efecto, la ONU, organismo líder en el alarmismo ambientalista mundial (mediante su brazo “armado” el IPCC) lleva su propia encuesta. Pero tal vez debido a los resultados observados y a la posición del cambio climático en el último lugar, había motivos para intentar, una vez más, torcer la realidad.

Hablando de torcer la realidad, insistiré otra vez en el hecho que el sitio web de la COP 20 (que ya analicé anteriormente) es un recurso ilimitado de manipulación y otras mentiras. La última suerte de respuesta a otra columna mía, nos dice, sin mayor explicación, que las “bajas temperaturas se deben al calentamiento global”.

Mientras seguía preguntándome ¿por qué rayos me compré una refrigeradora si ya tenía un horno?, le pedí a mi esposa que ponga el Peziduri a el microondas porque no me gusta el helado derretido.

Por Vincent Dumortier