¿Depender exclusivamente de la minería?

La opción política que hace uso del discurso anti extractivista suele recurrir a la desinformación con tal de cimentar temores en la opinión pública y generarse una base social que le permita alcanzar una posición expectante en los próximos procesos electorales. Esto es una estrategia propagandística para asirse del poder. No hay productor minero o petrolero en el país que considere que alcanzaremos el desarrollo dedicándonos exclusivamente a una u otra actividad. Todo lo contrario, son conscientes de que la industria extractiva representa una oportunidad hoy y, por eso, hay que aprovecharla para promover el desarrollo del conjunto de actividades económicas, con los mayores recursos que recibe el Estado nacional a partir de los ingresos generados por esta industria.

Lo volvemos a reiterar, no existen dogmáticos extractivistas en el sector minero y petrolero. Analizan el panorama global y ven cuáles fortalezas al interior del país podrían representar una oportunidad, o cuáles pueden generarse en los próximos años para atender la demanda presente y futura del mundo.

Por ejemplo, la internacionalización de la comida peruana se logra en función al reconocimiento de la diversidad local y al liderazgo de quien se percató que se puede lograr una posición expectante en función a nuestra diversidad. Cada grupo humano, en los diversos pisos ecológicos en que se asentó, domesticó plantas y las incorporó a su dieta alimenticia. El liderazgo de Gastón Acurio consiste en la recopilación y reconocimiento de lo ya existente, en la experimentación mediante la combinación de la infinidad de productos locales y en su presentación en las cocinas más prestigiosas del mundo.

Lo anterior demuestra que de un mercado de 31 millones de consumidores nacionales se podría pasar a satisfacer la eventual demanda de miles de millones de personas. Ergo, generar millones de puestos de trabajo. ¿Qué se requiere? Potenciar la agricultura ¿Cómo? Mediante la construcción de infraestructura hídrica para que cada planta tenga el abastecimiento de agua suficiente en el periodo que lo requiera, medios de transporte para llevar a los mercados la producción agrícola, sistemas de comunicación para estar atentos a la demanda y a las ventanas de oportunidades. Nuestra ubicación geográfica, por temas de luminosidad, humedad y otros, hace posible que cuando otros productos aún no han culminado su crecimiento, los nuestros sean puestos a disposición de los consumidores.

Pero, ¿cómo vamos a financiar lo que requiere la agricultura, si hay quienes plantean cambiarle el régimen laboral? Y, por otro lado, algunos insisten en ponerle zancadillas a su mejor aliado, la minería. Así como un sector de nuestra población reside en diferentes pisos ambientales, así también la naturaleza ha proveído de yacimientos con minerales metálicos y no metálicos en diferentes escenarios. El aprovechamiento de los minerales requiere la construcción de caminos, carreteras, instalación de antenas para contar con modernos sistemas de comunicación, etc. Además este aprovechamiento genera una dinámica que pone a disposición de los gobiernos —locales, regionales y nacional— ingentes recursos económicos para potenciar el desarrollo. Ahora, depende de los ciudadanos que hagan un adecuado ejercicio democrático para elegir a nuestros gobernantes. Esa responsabilidad corresponde a los electores, y no a la industria extractiva.

Inclusive políticos que se suelen aupar al discurso anti minero y anti inversión reconocen que el aprovechamiento de la dotación de nuestros recursos naturales permitió incrementar el ingreso promedio per cápita de US$ 1,990 en el 2002 a US$ 6,300 en el 2016. Cifra que pudo ser mayor si se ponían en operación proyectos mineros, como Tía María, Santa Ana, Conga, Michiquillay, Los Chancas, entre muchos otros.