Guillermo Vidalón

¿Cómo lograr la aceptación social?

Para el Perú, el camino al desarrollo pasa por la minería

¿Cómo lograr la aceptación social?
Guillermo Vidalón
26 de enero del 2024


Durante los últimos siete días se llevaron a cabo diversas actividades, como parte de las celebraciones por la Semana del Ingeniero de Minas, organizada por el decanato del Colegio de Ingenieros de Lima, liderado por Roque Benavides. Los actos contaron con la participación del Ing. Oscar Vera Gargurevich, ministro de Energía y Minas, así como de las principales personalidades del sector minero, demostrando su compromiso con la minería nacional; pero, principalmente con el desarrollo del Perú.

El primer día jubilar, lunes 15, el Ing. Henry Luna, actual viceministro de minas, hizo una presentación de las potencialidades geológicas del territorio, en función a que previamente a su nombramiento venía desempeñándose como presidente del Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemet) ante un distinguido panel que comentaron su exposición. Después de escuchar la abundante información presentada por el Ing. Luna, la pregunta que surgió entre los panelistas y asistentes al evento fue, porque si el Perú tiene una oportunidad única, quizás la más relevante de la historia republicana para alcanzar el desarrollo no somos capaces de persuadir a la ciudadanía para lograr aceptación social.

Al respecto, se ensayaron varias respuestas, pero también se precisó que ninguna había dado el resultado esperado, desde la difusa “Responsabilidad Social Empresarial” que luego tornó a “Responsabilidad Social” a secas hasta la más imprecisa “Licencia Social” que la fecha ni sus teóricos tienen claro en qué consiste. Algunos señalan que no otorga derecho a veto y que se trata de una aprobación constante que se da a lo largo de la vida de un proyecto, entendiéndose que parte en la exploración y sigue hasta la explotación y cierre de mina; además involucraría a todo aquel que se sienta zona de influencia. Ergo, quien considere que el ruido, la polución u otra externalidad que emita el caótico tráfico de la ciudad de Lima podría sentirse con derecho a bloquear, por decir, la Vía Expresa o Evitamiento, u otra vía principal. Definitivamente no, eso sería como promover la ley de la selva y quebrantar la poca institucionalidad que subsiste en el país.

Otros señalaban que un requisito previo a la aplicación de la licencia social es la consulta previa, la cual estaría a cargo del viceministerio de interculturalidad, pero como el estado carece de funcionarios que puedan comunicarse con poblaciones que emplean una lengua distinta, sucede que, por un lado, el mandato político de la autoridad competente suele ser, “hay que promover las inversiones” y, por otro lado, la Hidra de Lerna que acostumbra ser el aparato burocrático del estado la detiene o contradice, convirtiéndose en una policefalia en constante lucha dentro de sí misma.

En consecuencia, con los traspiés señalados, cómo hacer para que la ansiada aceptación social de la minería se concrete y lleve a buen puerto a todos los peruanos. Uno de los pasos que resulta indispensable es asumir que la aceptación de la minería, como el combate a ésta, responde a una decisión de carácter político.

Es obvio que el camino al desarrollo del Perú y la generación de bienestar para sus ciudadanos será más distante sin minería, en consecuencia, hay que elaborar el discurso político que promueva la urgencia de la superación de las condiciones de pobreza y pobreza extrema a través de la actividad minera. Promover, por ejemplo, que el desarrollo y fortalecimiento de la agricultura, así como de la gastronomía va de la mano con la construcción de infraestructura hídrica que lleve agua de calidad y de acuerdo a los usos hacia todos los rincones del país. Hay que precisar que la actividad turística, que ciertamente es un potencial, va de la mano con la construcción de carreteras, aeropuertos, hoteles, restaurantes, centros de entretenimiento, acceso adecuado a los monumentos arqueológicos que nos legaron los antiguos habitantes del territorio que hoy disponemos.

Comunicar que existe vocación por ampliar la capacidad industrial del país para añadir valor agregado a la producción minera, pero eso depende de la capacidad de disposición de recursos económicos por parte de nuestros centros superiores de enseñanza, porque primero hay que hacer investigación, luego se genera conocimiento y, posteriormente tecnología aplicada, se pueden dar saltos en la innovación y en la acción creadora de las personas, pero todas ellas requieren de financiamiento mientras logran su objetivo. Además, a mayor actividad minera, mayor es la expansión de la industria nacional que abastece a la minería nacional.

Tengamos presente que no se trata de un acto declarativo, sino de una vocación de servicio hacia el prójimo que, en este caso, son nuestros compatriotas menos favorecidos para quienes la minería resulta una oportunidad y que otros se oponen a su desarrollo y consolidación porque acabaría con los bolsones de pobreza y, también, con los bolsones electorales de quienes quieren verlos siempre pobres.

Guillermo Vidalón
26 de enero del 2024

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