Abran la cancha

¿Una elección municipal regalada a los partidos grandes?

 

Una cosa es cerrar la puerta a la competencia política, que en economía sería una blasfemia para los liberales, y otra es colocar vallas de acceso al Congreso a partir de cierto porcentaje de votos obtenidos. Peor, imaginen un escenario en el que las empresas oligopólicas sean las que legislen quién compite y quién no en el mercado. Tanto el proyecto Mulder para quitar de en medio a los políticos (partidos, digamos) que se inscriban tres años antes de la elección como la propuesta de quebrarle el espinazo a los movimientos locales, afectan la representatividad y la libre participación. Ya bastantes candados se colocaron cuando elevaron exageradamente las firmas para la inscripción partidaria. Siempre los grandes deciden.

 

Que sea esta vez la gente la que elija. La democracia no puede tener corsés previos. Todos los peruanos que cumplen con los requisitos para postularse a algún cargo deben ser libres hacerlo. Y valga decir que todos los peruanos tienen derecho a decidir por la máxima diversidad de opciones, incluyendo el cambio de la composición parlamentaria. Es el derecho a elegir. Bien lo sabe cualquier liberal, que a mayor cantidad de alternativas, mayor es el margen de libertad. Rige para la economía, pero para la política solo cuando nos conviene.

 

Las victorias políticas se deben a la persuasión, al mensaje, al liderazgo; pero se gana en la cancha, peleándola contra todos ¿Cuál es la fuerza moral de una norma que busca asegurar la victoria de los partidos grandes excluyendo a los nuevos? Con el pretexto de institucionalizar a los partidos se fabrican leyes que afectan la competencia, aunque la caridad comienza por casa. En las últimas elecciones primarias de los partidos rigió más el dedo de las cúpulas que la voluntad de los militantes (salvo dos excepciones). Bueno fuera que pronto en el Apra y en Fuerza Popular se batieran las corrientes internas en igualdad de condiciones, y que fuera posible la sorpresa, la novedad o el relevo generacional ¿Y qué si un nuevo alfil aprista ganara las internas? ¿Y qué si Kenji la hiciera en una lid definitoria? Hablamos de fortalecer a los partidos cuando conviene a nuestros intereses, cuando legislamos “para que se fortalezcan los otros”, cuando la mirilla apunta fuera de nuestra propia casa.

 

Si le temen a Julio Guzmán o a otro, convenzan a sus electores de que ustedes tienen la mejor propuesta. Si existe una antípoda del pensamiento de quien estas líneas traza es Verónika Mendoza, pero sus ideas hay que vencerlas en la lid, con ideas y organización, y no fuera del tablero. No hay política sin debate ni democracia sin pluralidad. Otro asunto es que existan vallas ex post para limitar el número de partidos en el Congreso, perfectamente válido si lo que se quiere evitar es una representación atomizada.

 

Sé de muchos aspirantes a alcaldes (de gran calidad personal y profesional) que con gran esfuerzo han organizado sus movimientos locales para lucharla en el 2018 ¿Vamos a moverles ahora el piso? ¿Una elección municipal regalada a los partidos grandes por los propios partidos grandes, temerosos de las pequeñas fuerzas vecinales? ¿Debo inscribirme en un partido para postular? ¿Bromean? ¿Y la ley de hierro de las oligarquías partidarias? ¿Han leído siquiera a Michels? ¿Y la decisión de los vecinos en las locales? Qué falta, ¿acaso una reorganización territorial tipo Gerrymandering para comerse los votos de los otros?

 

Bastantes semanas se tomó Patricia Donayre para elaborar un buen proyecto que ni siquiera se tornó en el avisado insumo de nada, pues nada se tenía preparado. Y de esa nada saltan estas propuestas que hoy tocan la fibra del ciudadano que quiere elegir más allá de lo que hay.

Post Scriptum:

Tema aparte, gratificante y ejemplar el festival Viva Perú 2017, que se realizó en México y que es una iniciativa que hermana a los pueblos. Organizada por Ingrid Yrivarren, la empresa Viva en el Mundo cumple diez años mostrando lo mejor de Perú a México y de México a Perú. Bien por eso. Generosa y extraordinaria iniciativa.

Raúl Mendoza Cánepa