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Marco Arana presenta proyecto de ley sobre “intangibilidad de las cabeceras de cuencas”
¿Cómo se puede explicar la aversión de un sector minoritario de peruanos hacia la minería moderna? Es algo difícil de explicar, sobre todo si, según el Instituto Peruano de Economía (IPE), la minería moderna explica nada menos que el 2.8% del crecimiento total del PBI, que fue de 3.9% en el 2016. Sin la pujanza de la minería moderna la economía peruana entraría en una desaceleración que impediría reducir pobreza, crear empleos y generar círculos virtuosos en diversas regiones y provincias del país. No obstante, el movimiento antiminero no descansa en su afán de liquidar la minería moderna. De allí que el congresista por Cajamarca, ex sacerdote y líder antiminero Marco Arana ha propuesto, otra vez, un proyecto de ley en el que se declararía la intangibilidad de las cabeceras de cuencas hidrográficas para “toda actividad que ponga en riesgo la calidad, cantidad y disponibilidad del agua” por encima de los 4,000 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.)
No es la primera vez que los líderes antimineros desarrollan la idea de que es imposible alguna actividad productiva por encima de los 3,500 o 4,000 m.s.n.m. porque, en su razonamiento, afecta de forma negativa las “cabeceras de cuenca”.
Por supuesto, el verdadero fin de Arana es disparar en contra de la minería, una actividad productiva que casi siempre se realiza por encima de los 3,500 metros. Las cosas son tan evidentes en contra de la minería que la mayoría de proyectos mineros, generalmente, están a esa altura o m.s.n.m. Para liquidar a la minería moderna, la izquierda radical antiminera ha construido un mito: es imposible ejecutar proyectos mineros en las “cabeceras de cuencas” de los ríos. No importa si el proyecto minero cumple con todas las licencias, permisos o estándares medioambientales exigidos por las leyes del Estado; como en el caso de los proyectos mineros Conga o Galeno, por ejemplo. No obstante, debemos aclarar que no hay ninguna prueba seria y con validez científica que determine que es imposible ejecutar proyectos mineros en las “cabeceras de cuencas”.
El radicalismo antiminero argumenta que los ríos nacen o se alimentan de las “cabeceras de cuencas”. Sin embargo, semejante afirmación es un contrasentido, ya que los ríos se alimentan o nacen por las lluvias y las nubes, a través de lo que se denomina el “ciclo del agua”. En ese contexto, la estrategia para cosechar agua debería ser construir represas y no oponerse a la minería. Pero, además, hay un detalle muy importante: hasta el momento el concepto de “cabecera de cuenca” no tiene una definición precisa. La ley de Recursos Hídricos 29338, promulgada el 23 de marzo del 2009, no define con exactitud y claridad lo que es una “cabecera de cuenca”.
En el 2011, en Cajamarca, el radicalismo antiminero —liderado desde el gobierno regional por Gregorio Santos— publicó una Ordenanza Regional (036-2011) basada en el artículo 75 de la mencionada ley para declarar intangible las cabeceras de cuencas que están por encima de los 3,500 m.s.n.m. Por lo tanto, convertía en inviable el proyecto Conga. Sin embargo, dicha ordenanza carece de todo valor porque la única que puede declarar intangible una zona es la Autoridad Nacional del Agua (ANA), y solo lo puede hacer si en la zona “no se otorga ningún derecho para uso, disposición o vertimiento de agua”. Pero resulta que en las “cabeceras de cuencas” ubicadas a 3,500 m.s.n.m. en Cajamarca se desarrollan actualmente actividades de ganadería y agricultura donde hay “derechos de uso, disposición o vertimientos de agua”.
No existe ningún sustento técnico que avale las falsedades de la izquierda antiminera, como tampoco hay sustentos técnicos que indiquen que es imposible que convivan la minería moderna y la agricultura. En el caso del proyecto Conga, somos testigos del “milagro del agua” que se ha producido con la construcción de reservorios para las comunidades campesinas. Es decir, hay una alianza entre el agro y la minería que no contamina, una alianza altamente beneficiosa para todos los pobladores.
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