La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Renovación y Avanza País– decidieron respaldar la censura del ministro Rómulo Mucho y, de esta manera, cerraron los ojos ante las tendencias y fuerzas que se mueven al interior del Gobierno de Dina Boluarte, sobre todo frente a la presencia de sectores claramente estatistas que pueden dejar en escombros la economía nacional y desalentar las inversiones. Rómulo Mucho, de alguna manera, era un promotor de inversiones.
La censura de Mucho alcanzó más de 60 votos y, de esta manera, casi todas las bancadas le guiñaron el ojo electoralmente al movimiento de pequeños mineros y mineros artesanales que exigen que se amplíe los plazos del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) del sector de Energía y Minas. Y considerando que los gremios de los pequeños mineros habían bloqueado la Panamericana Sur a las alturas de Ica y Nazca y otras vías del centro y sur del país, las bancadas de la centro derecha también legitimaron las estrategias de acción social y violencia que los movimientos antisistema desarrollarán hacia las elecciones del 2026.
Cuando la centro derecha en el Congreso respaldó y alentó la censura de Mucho, en realidad, entraba en competencia directa por los votos de los pequeños mineros movilizados. Unos días antes, dos candidatos conocidos en las últimas elecciones habían salido a pelear voto a voto los favores del sector de los pequeños mineros movilizados.
El gran problema de la centro derecha y de los candidatos que salieron a arañarse por el respaldo electoral de los pequeños mineros que tomaban carreteras es que han olvidado que el fracaso de la formalización y la extensión de los plazos del Reinfo hacia las calendas griegas ahora no solo representa el fracaso de la formalización, sino también la destrucción de la minería moderna. Alentados por la decisión de las bancadas de la centro derecha de censurar a Mucho, en los próximos días se multiplicarán las invasiones de mineros ilegales sobre las concesiones de la minería moderna y las inversiones en diversas regiones se pondrán en peligro.
Resulta desconcertante entonces la decisión de la mayoría de las bancadas del Legislativo. Una decisión que se entiende desde el punto de vista de las izquierdas de diverso tipo, pero absolutamente incomprensible desde la defensa de la economía de mercado y de la Constitución que Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Renovación, Avanza País, demostraron cuando enfrentaron el golpe fallido de Pedro Castillo.
Es verdad que Mucho no tuvo la personalidad política para oponerse al desastre del Gobierno de Dina Boluarte y del Ministerio de Economía con respecto a Petroperú. Una verdad indiscutible. Igualmente es cierto que Mucho tampoco tuvo una alternativa para la formalización minera por excesivo cálculo ante los hechos. Sin embargo, el censurado ministro de Energía y Minas estaba identificado con el relanzamiento de las inversiones mineras. Allí está el respaldo de Mucho al proyecto Tía María en Arequipa y los anuncios de relanzar los proyectos en Cajamarca.
Cualquiera diría que es muy poco para no ser censurado. Sin embargo, en un Ejecutivo que ha destruido la disciplina fiscal de las últimas tres décadas, en un Gobierno que no parece interesado en promover inversiones y solo desarrolla obsesión para cobrar o aumentar impuestos, Mucho hacía una clara diferencia. Pero lo más grave es que ha ganado la estrategia que ha construido el fracaso de la formalización minera y ha desatado la minería ilegal a tal extremo que hoy es una amenaza directa al modelo económico y al propio Estado de derecho.
La política es el arte de lo posible es verdad. La política también es el desarrollo del programa y los principios en medio de una realidad adversa. Se pudo hacer de todo para encontrar una salida al impasse social de la pequeña minería, pero lo inaceptable es haber decapitado una cabeza ministerial que alentará el antisistema y la destrucción de la minería moderna.
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