En una reciente entrevista el ministro de Energía y Minas (Mine...
En diálogo con este portal, el gobernador regional de Apurímac, Baltazar Lantarón Núñez, no dudó en señalar que la megamina de MMG-Las Bambas, es el mayor acontecimiento económico y social de Apurímac en dos siglos de historia republicana. Como todos sabemos, más allá de los relatos del progresismo, el mundo andino y la región Apurímac fueron construcciones del Virreinato, mientras que la experiencia republicana fue sinónimo de despojos de tierras y exclusiones para los hombres de los Andes.
A estas alturas es incuestionable que en la historia de Apurímac (apu = dios, rímac = hablador) existe un antes y un después de Las Bambas. En el informe “Impacto económico y social de Las Bambas”, elaborado por Macroconsult, se señala que antes de Las Bambas la pobreza en los 84 distritos de Apurímac se situaba sobre el 60% de la población. Luego de que la megamina entrara en operaciones, la pobreza descendió debajo del 40% de la población.
Asimismo, Las Bambas genera 8,000 puestos de trabajo directos y 75,000 inducidos a nivel nacional, y la operación minera representa el 75% del PBI regional. ¿Cómo entonces Las Bambas no va a ser el mayor acontecimiento de Apurímac en dos siglos de vida independiente? ¿Cómo entonces no va a haber un antes y un después en la historia de esta región con respecto a la megamina en mención?
De allí que la renuncia del Ejecutivo a aplicar la Constitución y la ley en el llamado “corredor minero del sur”, para evitar los constantes bloqueos a la vía nacional por donde se transporta el mineral de Las Bambas, es una conducta incomprensible y en contra de los pobres. En este contexto, el gobernador de Apurímac exige con firmeza que el Ejecutivo declare el estado de emergencia y se evite que se lleguen a acumular más de 400 días de paralizaciones desde el inicio de las operaciones de Las Bambas.
La operación minera de MMG-Las Bambas entonces es el principal motor antipobreza en la región apurimeña. No hay duda alguna. Pero también es el principal motor de la descentralización y del empoderamiento de los gobiernos subnacionales. De allí la precisa y justa defensa de la mina que formula el gobernador Lantarón. Según el señalado informe de Macroconsult, MMG-Las Bambas paga 32% por impuesto a la renta y por concepto de regalías, el equivalente al 3% de las ventas del mineral. Vale destacar que las regalías provienen de un contrato firmado por libre voluntad de las partes; es decir, revelan la voluntad de la empresa de seguir desarrollando inversiones sociales.
Desde el año 2016, según Macroconsult, se han transferido un total de S/ 1,115 millones. Semejantes contribuciones han permitido que Apurímac se convierta en una de las cuatro regiones del Perú con mayor disponibilidad presupuestal per cápita. Esoa S/ 1,115 millones, correspondientes a los pagos de regalías, se distribuyeron de la siguiente manera: 20% para la Municipalidad Distrital de Challhuahuacho, 20.5% para el resto de distritos pertenecientes a la provincia de Cotabambas, 33.5% para el resto de municipios de la región Apurímac, 15% para el Gobierno Regional de Apurímac, 2.5% para la Universidad José María Arguedas y 2.5% para la Universidad Micaela Bastidas.
A la luz de estas cifras, ¿alguien duda acaso que Las Bambas es el mejor acontecimiento de Apurímac en dos siglos de vida independiente? ¿Por qué el Ejecutivo renuncia a ejercer autoridad y pretende empoderar a las minorías radicales antimineras? Imposible de entender.
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