Javier Agreda

Yo me perdono

A 25 años de la publicación de la novela de Fietta Jarque

Yo me perdono
Javier Agreda
16 de octubre del 2023


A mediados del siglo XVII el culto a cierto tipo de ángeles cobró tanta importancia que comenzó a preocupar a la propia Iglesia Católica. En el mismo seno de la Inquisición española se desarrolló una polémica al respecto; mientras que aquí, en nuestros Andes, aparecían aquellos singulares ángeles arcabuceros, peruanísima síntesis de ángeles, soldados españoles y wamanis andinos. Fietta Jarque (Lima, 1956), escritora y crítica de arte radicada desde hace varias décadas en España (donde se ha desempeñado como redactora cultural del diario
El País) ha tomado a estos peculiares ángeles como tema central de su primer libro Yo me perdono (Alfaguara, 1998), una extensa y ambiciosa novela histórica.

Cuatro son los personajes principales del libro, dotados todos de un evidente carácter emblemático dentro del proceso de mestizaje cultural que se produjo en  nuestro país a partir de la conquista: Juan Pérez Bocanegra, sacerdote español responsable de la Iglesia de Andahuailillas, en la que aparecieron por primera vez estos ángeles; León Montero de Espinoza, comerciante con un oscuro pasado (es de origen judío), amigo de Pérez y también interesado en el tema de los ángeles; Tomás Puka, secretario de Pérez y secreto heredero de la sabiduría y la religión incaicas; y Luis de Riaño, joven pintor de origen criollo. Jarque, demostrando su capacidad de fabulación, construye complejas historias personales para cada uno de estos personajes, además de las intrigas –políticas, económicas y hasta eclesiásticas– en las que todos ellos se ven envueltos.

Pero el eje central de la novela son las interpretaciones de libros considerados heréticos que realizan Pérez y Montero ayudados por Puka; interpretaciones que, dentro de la ficción narrativa, guían la decoración de la iglesia de Andahualillas. Poco a poco, en la medida que los personajes avanzan en sus conocimientos esótericos y mágicos, los sucesos narrados van adquiriendo un carácter cada vez más irreal y fantástico: Montero y Puka aprenden a convertirse en invisibles, aparecen encarnaciones de los ángeles, y las fuerzas mágicas desencadenadas terminan derrotando a aquellos que las invocaron.

Estos últimos aspectos pueden haber llevado a algunos críticos a relacionar esta novela con las de ciertas escritoras latinoamericanas que alcanzaron notoriedad apelando a la fórmula de lo real maravilloso de García Márquez. Jarque no intenta incorporarse a este grupo de autoras, y el referente literario más próximo a su libro es la prestigiosa novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco. No sólo se pueden encontrar coincidencias temáticas (discusiones teológicas, textos prohibidos y misteriosos, intrigas llenas de elementos ocultos y sorpresas para el lector) sino también abundantes elementos retóricos y estilísticos en común: una cierta aproximación al lenguaje barroco (sin llegar a la riqueza y complejidad de Carpentier o Lezama), amplias descripciones de la iconografía religiosa y, especialmente, el tono “elevado” en el que se realiza toda la narración.

La autora parece haber asumido con la mayor responsabilidad el reto que su modelo literario le imponía, lo que la llevó a documentarse durante tres años para que su novela tuviera el rigor histórico necesario (ella misma ha reconocido su deuda con el  Inca Garcilaso, los cronistas en general y dos autores de nuestro tiempo: Ramón Mujica Pinilla y Luis Enrique Tord). En los aspectos narreativos es también destacable el adecuado manejo de la trama y la destreza para enriquecer la narración –sin caer en el mero alarde técnico- con diversos puntos de vista.

Ya se han señalado los múltiples niveles de significación que tiene El nombre de la rosa, los que permiten que pueda ser leída como un simple relato policial, una novela histórica, o como una alegoría de la discusión medieval entre nominalistas y realistas. Fietta Jarque ha querido dar una densidad similar a su novela, cargando de contenido simbólico a diversos personajes, sucesos y elementos. Yo me perdono de Fietta Jarque es una buena novela que atrapa al lector de principio a fin; y que nos descubre a una nueva y talentosa narradora, capaz de  emprender con éxito proyectos literarios ambiciosos y de largo aliento.

Javier Agreda
16 de octubre del 2023

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