Eduardo Zapata

Y en el principio fue el verbo

Sobre la propuesta de un Ministerio de Infraestructura

Y en el principio fue el verbo
Eduardo Zapata
22 de enero del 2020


Lo sabemos por el evangelio de San Juan: “… y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Al parecer, el señor Zeballos debe ser un ferviente seguidor evangélico, particularmente fan de la lectura de San Juan. Porque su propuesta para la creación de un Ministerio de Infraestructura, que centralice todas las construcciones del Estado, solo se sostiene en una identificación entre su pretendido ministerio, un nombre y la divinidad.

Interpretaciones heurísticas, hermenéuticas o teológicas aparte, quienes han analizado seriamente la propuesta nos hablan de que la creación del “poder divino” costará entre S/ 7,000 millones y S/ 10,000 millones. Porque aparte de la infraestructura, mobiliario y equipamiento de oficinas, habrá que reclutar unos mil trabajadores. Obviamente, también muchos especialistas cuyos sueldos son altos. Y mucho personal de apoyo –también de nivel técnico alto– para la formulación de proyectos y de los expedientes de obra. 

El asunto de personal resultará toda una exquisitez de búsqueda. Pues dado que el ministerio divino se encargará de todas las obras e involucrará a todos los sectores, necesitaremos no solo ingenieros civiles, de resistencia de materiales o arquitectos –por mencionar algunos profesionales– sino también todo tipo de gente profesional con experiencia en construcción de carreteras, escuelas para nuestros diferentes climas, postas médicas, hospitales, comisarías y demás etcéteras. “Plata como cancha”, como diría el creador de la famosa frase.

Así tendremos que si el Ministerio de Educación –que tiene el mapeo de toda la infraestructura escolar en el país– necesita con urgencia construir o reconstruir una escuela, tendrá que hacer su “expediente técnico” de base para enviarlo al ministerio divino, acudiendo a su poder creador. Y ya sabemos lo que significa hacer trámites burocráticos en el Perú. A no ser que ya los haya incorporado, el ministerio divino acudirá a las famosas consultorías para hacer los necesarísimos estudios técnicos de impacto ambiental, social, urbanístico y demás. Más plata como cancha, con nuestros impuestos. Convocando no a los mejores expertos, sino a los amigos de siempre. Como en el Ministerio de Educación, Cultura, Justicia, Mujer, etcétera. 

Pero tal vez San Juan le haya hecho una revelación conveniente al señor Zeballos y sus acelerados intereses patrios, y le haya dicho que la obra creadora debe ser completa. Con lo cual el Ministerio de Infraestructura se convertiría también en una gran compañía constructora. Ergo, más burocracia y más plata como cancha. Si este fuese el caso –ojalá San Juan no se lo haya aconsejado– el Ministerio podría postular para ser admitido en el selecto y honorable Club de la Construcción.

Eduardo Zapata
22 de enero del 2020

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