Tino Santander
Vizcarra ahogado en la corrupción
El presidente ha mentido descaradamente muchas veces

Mi amigo Hugo Otero me contó que su padre Hugo Otero La Torre, fundador del aprismo, le decía: “Nadie puede salir impune si duerme con el Minotauro”. Es decir, nadie puede librarse de una condena si se acuesta con la corrupción. Lamentablemente en el Perú la mayoría de los políticos y empresarios no solo durmieron, sino que conviven con la corrupción. Por eso buscan desesperadamente el poder para controlar la justicia y aliarse con el cartel mediático, que apoya a todos los gobiernos a cambio de la jugosa publicidad estatal.
El jefe de campaña de PPK, Martín Vizcarra, niega haber recibido dinero del Club de la Construcción y de otros intereses económicos, con el objetivo de obtener prebendas y favores en un futuro gobierno de PPK. Sin embargo, los contratos obtenidos por sus amigos del Club de la Construcción en el Gobierno pepekausa, y cuando él era ministro de Transportes suman más US$ 1,200 millones. Ahora, dice: “Yo no estaba a cargo de las finanzas de la campaña”. Pero, increíblemente los dirigentes pepekausas, en un arrebato de dignidad, han señalado firmemente que “Martín Vizcarra, Mercedes Aráoz, Susana de La Puente y Alfonso Grados eran parte del círculo íntimo de PPK, que se encargaban de las finanzas de la campaña”.
Jorge Villacorta y Salvador Heresi afirman: “Ellos sabían que el Club de la Construcción aportó grandes cantidades de dinero a la campaña de PPK”. Y esta versión ha sido corroborada por el diario Gestión y el portal Gato Encerrado, Además, han aparecido S/ 6 millones que nadie sabe quién aportó, según Mercedes Aráoz; y la cereza la ha puesto el exministro Thorne, que desmiente haber aportado S/ 200,000. El presidente Vizcarra, pretende impunidad luego de haber mentido en relación a sus contratos con Odebrecht, o cuando negó que era socio de Graña y Montero. Vizcarra mintió descaradamente cuando dijo que no conspiró con el fujimorismo para reemplazar al agónico PPK, y luego traicionó al fujimorismo que lo llevó al poder. Es mentiroso ese hombre.
Vizcarra, empieza a perder legitimidad, y ni el apoyo momentáneo del cartel mediático podrá detener la percepción popular de que en el poder está un corrupto y un mentiroso. Los amigos del presidente comentan que el mandatario está envanecido con su popularidad. No sabe el presidente que se apoya en percepciones volátiles, no sabe el presidente que el cartel mediático lo va abandonar en cualquier momento por una mejor opción económica, no sabe el presidente que el próximo Congreso lo va investigar y que el Poder Judicial estará al servicio del Gobierno de turno, que lo va a perseguir.
En conclusión, el sistema político está corrompido, y solo una profunda revolución social puede cambiar al Perú. Una revolución que separe el derecho de la política, una revolución que promueva la libertad económica y acabe con los monopolios corruptos, como el de la salud. Una revolución que priorice la infraestructura social y productiva, una revolución que integre al Perú a la transformación digital mundial. Pero como todo esto es una utopía de un pequeño sector de la juventud que mira con indiferencia al Perú, todo seguirá igual y el país lentamente se convertirá en un Estado gobernado por el crimen organizado.
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