Tino Santander
Túpac Amaru en Lima
Nuevo alcalde debe superar orden post colonial que representaron sus antecesores
Miles de hombres y mujeres de los andes, liderados por Túpac Amaru II, se rebelaron contra la opresión colonial española hace ya más de dos siglos y estremecieron al Perú. Fue una lucha a muerte por la libertad. El virrey envió sus ejércitos y la rebelión fue aplastada. Túpac Amaru fue torturado, despedazado y ejecutado públicamente. El poeta Alejandro Romualdo, dice en su “Canto coral a Túpac Amaru” que este volvió tres días después de su muerte gritando libertad, cuando todo ya se creía consumado.
Los millones que viven en los cerros y barrios populares que rodean a Lima representan hoy el espíritu rebelde de Túpac Amaru. Este es el aliento que recorre la capital. Estos peruanos encarnan el esfuerzo y el trabajo de una ciudad emprendedora y moderna. Son los nuevos dueños de la urbe que antes gritaron libertad en los andes y ahora gritan igualdad y progreso en la capital. Son los hijos de los comuneros que organizaron la lucha contra el gamonalismo y la cruel explotación campesina. Son los que formaron el ejército de Andrés Avelino Cáceres que combatió ferozmente la invasión chilena. Son los que formaron las rondas campesinas y los comités de autodefensa que derrotaron a Sendero Luminoso. Son los que organizaron las primeras barriadas en el “Agustino” y el cerro “El Pino”; los que construyeron el mercado mayorista “La Parada”; los que impulsaron el movimiento popular y los sindicatos; los que recrearon en Lima las costumbre andinas de trabajo comunal para luchar por los servicios básicos en sus “Asentamientos Humanos”; son los pequeños y medianos empresarios que crearon el emporio comercial de Gamarra, el Cono Norte, Los Olivos y la zona Industrial metalmecánica de Villa El Salvador; son los que levantan ciudades en medio del desierto; los que no tienen agua ni desagüe; los que viajan como sardinas enlatadas y pierden horas para llegar a su trabajo; son la inmensa mayoría de jóvenes que labora en la informalidad; los músicos que fusionan el wayno con la salsa, el rock y la cumbia colombiana y crearon la popular chicha que hoy se canta y baila en todos los estratos sociales. Son los pobres que migraron a Lima y que la enriquecen con su presencia.
¿Son conscientes los candidatos a la alcaldía del profundo cambio de época y de su significado político?
La gran mayoría de los electores de estas nuevas generaciones buscan en cada elección local o presidencial a candidatos que defiendan sus intereses económicos y sociales. Han elegido apristas, populistas, fujimoristas, izquierdistas, pepecistas. Incluso han apoyado a gobiernos dictatoriales que los favorecieron. Es el pueblo que escucha los cantos de sirena de los políticos que aspiran al poder. Que no entienden su lenguaje y que los utilizan para conseguir leyes que los beneficien. Son los que gozan y se entretienen con la farándula de los medios de comunicación. Son los que sienten rabia y están confundidos por la corrupción y la ineficiencia del estado. Para algunos analistas encumbrados es “masa corrupta pragmática que prefiere las obras que mejoren su vida y no los valores ciudadanos”.
Este es el pueblo de Lima que está buscando un buen gobierno y que quiere un alcalde que comprenda sus sueños y sus esperanzas. Para gobernar en estos tiempos no son suficientes las obras, se necesita sobre todo capacidad para ganar el reconocimiento y el cariño popular. El nuevo alcalde tiene que superar con su liderazgo el antiguo orden post colonial que representaron anteriores administraciones fallidas. Debe comprender comprender que el espíritu de Túpac Amaru está en Lima para quedarse y no irse nunca más. Es el rostro de un país que emerge.
Por Tino Santander
(30 Set 2014)
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