César Félix Sánchez
Travesuras divinas en Arequipa
Segunda parte de las apariciones del Niño Cimarrón

La nota de Arequipa al Día no podía ser más elocuente: «Al promediar las 12 de la noche, todas ellas [las fieles encargadas de custodiar la imagen y el ajuar de la Virgen] sintieron ruidos extraños en el techo. Estaban durmiendo en el museo donde se guardaban los mantos y reliquias de la Virgen. “Sentíamos como si estuvieran jugando al tejo, como cuando uno salta con un pie y luego con dos y pusimos más atención”, dijo Ángela [Carreño Galllegos]. “Sentíamos la risa de un niño y también la voz dulce de una mujer, que de rato en rato reía, como festejando las travesuras”, contó su compañera. Así pasó por lo menos una media hora y todo quedó en silencio, pero ambas no lograron conciliar el sueño durante la noche. Al día siguiente cuando comentaron lo ocurrido, se dieron cuenta que no sólo ellas habían sido sorprendidas, sino también los policías que custodiaban el lugar (…). Según narraron, los policías tuvieron que sacar sus armas para ir a ver lo que pasaba y lo único que observaron en la oscuridad fue un niño vestido de blanco cruzar el patio corriendo. Fue un incidente que seguramente constará en el parte policial de la comisaría de Yanahuara» (Arequipa al Día, 1 de mayo de 2003, pp. 4-5).
Hará cerca de dieciséis años, cuando yo era un estudiante con bastante tiempo libre, pude entrevistar a Roxana Ortiz, la periodista, y a Ángela Carreño Gallegos, la testigo presencial, con una vieja grabadora de casetes para una tarea de la universidad. También logré revisar los archivos de Arequipa al Día y reconstruir en algo aquella historia fascinante. Roxana Ortiz narró cómo se enteró del suceso: «Yo fui a hablar con el Padre Solari [párroco de Yanahuara], porque eran los días previos a la fiesta o el día anterior, algo así, entonces me dijo: “No, no hay ninguna información, ¡pero no sabes lo que ha pasado con las chicas que cuidan a la Virgen!”, me dice, “¿por qué no vas y las entrevistas a ellas”. Entonces le digo: “Padre, ¿qué ha pasado?”. “No, dice que han sentido que el niño caminaba por (ininteligible) bueno y ahí fueron las chicas, que sí, que lo habían visto, la verdad que no recuerdo muy bien, que lo habían visto, incluso que los policías... lo que narro ahí un poquito ¿no?, que los policías se habían asustado, porque, bueno, también ellos tenían...como había joyas ahí de la Virgen, sus mantos, entonces era peligroso, pero dicen que en lugar de todo eso vieron al niño caminando, como ya hay testimonios de antes, ¿no?, caminaba por los techos y todo eso. Pero de ahí más no sé, tendrías que buscarlas a las chicas...».
Y eso fue lo que hice: busqué a las chicas. Y las encontré, como veremos en el siguiente artículo.
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