Eduardo Zapata

¿Spelling en las aulas?

¿Spelling en las aulas?
Eduardo Zapata
03 de noviembre del 2016

Repetición y memoria, importantes para el aprendizaje

Marta Quiroz de Balbuena fue –por más de 30 años- profesora y directora de un colegio parroquial. Como suele ocurrir con este tipo de escuelas, es uno de los referentes más importantes del distrito donde se halla, en este caso Ancón. Martha, pues, ha sido testigo de reformas educativas “en serio” y de las otras.

De siempre hemos conversado mucho con Marta. Y uno de los temas que le apasiona y preocupa es aquel de la lectura. Talentosa, disciplinada, aguda observadora cabe preguntarse con ella —y parafraseando a Mario Vargas Llosa— ¿en qué momento se jodió la lectura en el Perú? Historiadores, lingüistas y pedagogos seguramente tendrán mucho que decir al respecto. En demasía, tal vez, más cerca de sus escritorios de trabajo que de directas experiencias y testimonios de aula y fuera de ella.

El Scripps National Spelling Bee se celebra cada año en los Estados Unidos desde 1925. Se trata de un concurso donde los estudiantes se esmeran en deletrear palabras de difícil —y hasta inverosímil— ortografía. Tan importante es el evento que las finales son retransmitidas en directo y en horas de máxima audiencia.

“Hubo un tiempo en el que nosotros también nos esmerábamos en spelling…” nos dice Marta. Se trataba de memoria y de ortografía. Pero también de la identificación de lo que en lingüística se llama unidades discretas: la palabra perro es un todo, pero está constituida por partes que habrán de repetirse en otras palabras. Tomar conciencia de las partes no solo mejora la ortografía, sino también permite la extrapolación segura de esas partes a otras palabras y —por esa vía— una lectura ulterior más segura.

Como lo dice Marta, “a veces la presión social y las urgencias de resultados le ganan la tarea a la escuela”. Y, en efecto, el deseo de los padres de que el niño dé testimonio pronto de que sabe leer y escribir, y de que reconozca la mayor cantidad de palabras también lo más pronto posible, ha ido propiciando que los niños perpetúen en la primaria las fases de estimulación temprana, en la que asocian palabras enteras con imágenes.

Y las autoridades y el silencio de los especialistas han alimentado esta vía. De desciframiento y escritura prontas para la satisfacción de los padres y para la anteposición de logros a procesos, pero de debilitamiento de competencias y habilidades para la lectura cabal.

Y es que, en efecto, si bien es cierto que en la estimulación temprana los niños interiorizarán palabras enteras asociadas a imágenes, la lectura cabal presupone una fase clara en la cual el niño debe identificar unidades discretas. Lamentablemente, los colores, formas, urgencias y facilismos de la sociedad del espectáculo han ido invadiendo las metodologías escolares para la enseñanza de la lectura, obviando la fase clave en la que el niño descubre las unidades discretas y su utilidad.

“No sé si estamos alfabetizando o des-alfabetizando” nos dice Marta. En vez de obsesionarnos compulsivamente amaestrando alumnos para la prueba PISA, quizás ha llegado el momento de hacer un alto a las urgencias de resultados inmediatistas. Y tal vez sea una buena ocasión para reconsiderar el retorno del spelling a nuestras aulas. Repetición y memoria sí, pero un modo de identificar unidades discretas.

 

Eduardo E. Zapata Saldaña

 
Eduardo Zapata
03 de noviembre del 2016

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