Carlos Adrianzén

Sin que nadie se dé cuenta

En el Gobierno se ha impuesto la narrativa de la izquierda

Sin que nadie se dé cuenta
Carlos Adrianzén
14 de junio del 2023


Acercándonos a la mitad del año, las cifras macroeconómicas del Perú
no son nada buenas (Ver gráfico A). A pesar de los extraordinarios precios internacionales que aún recibimos, tanto el crecimiento económico de largo plazo (promedio de los últimos cinco años) se reduce a niveles similares al incremento de la población cuanto la proyección anualizada –cerrada a junio– del crecimiento anual de corto plazo ya habría tocado el vocablo recesión

 Hoy, cae de madura una interrogante asociable. ¿Quién nos ha gobernado durante esta fase? La respuesta resulta meridiana. Personajes accidentados como Ollanta Humala, Pedro Kuczynski, Martín Vizcarra, Francisco Sagasti, Pedro Castillo y Dina Boluarte administraron el ejecutivo nacional por más de seis meses. Todos acompañados por hornadas de congresistas, los cuales –más allá de sus peculiaridades y los continuos escándalos– comparten en los hechos la misma receta ideológica. Todos, retóricas afuera, configuraron típicos gobiernos de izquierda latinoamericana. Todos aplicaron el mismo conjunto de ideas. Inflaron el aparato estatal, esquilaron ahorros, se asociaron con una creciente corrupción burocrática, elevaron la regulación y las cargas y –en la medida de lo posible– reprimieron el manejo económico y político del país. En síntesis: declarando respetar un modelo liberal ya abandonado, redujeron libertades políticas y económicas. E hicieron esto a tal extremo, que dejaron de cumplir con dos de los bienes públicos por excelencia: el orden público y el respeto a la propiedad. 

A pesar de ello, no faltan almas de Dios que etiquetan a todos estos gobiernos (cada vez más intervencionistas) como respetuosos de un sano manejo económico. Y hasta de derecha. Pero la realidad es meridianamente opuesta. De hecho, si alguien tenía la curiosidad respecto a como Sendero Luminoso hubiese gobernado el país en los ochentas, la actual administración castillista le habría aclarado las dudas. Traen saqueo y atraso. Pero recordemos a David Hume, nadie pierde su libertad de golpe. El fenómeno aún está en proceso.

Bajo esa perspectiva, cabe subrayar una característica recurrente del mercantilismo-socialista latinoamericano: la tendencia contractiva en la ratio de inversión privada. Se vuelve a alimentar al perro del hortelano, tan citado por el difunto presidente García Pérez. Como en otros países de la región, se trabaron y se traban actividades privadas a como dé ha lugar (se sobre regula, añaden nuevas cargas, se abandona la defensa del orden público, se eleva activamente el endeudamiento estatal y se prioriza las obras estatales a casi todo nivel de gobierno). 

Nótese que por deformación ideológica estos gobiernos ignoran consistentemente la correlación inversa entre las tasas de inversión privada e incidencia de la pobreza. Gradualmente cambian el rumbo de la política económica. No tienen prisa. Regresan lentamente hacia el Futuro Diferente de los días del gobierno de Izquierda Unida y el Apra.

Como resulta previsible, a pesar de lo favorable de los precios externos recibidos, el Comercio Exterior se comprime. Incluso, la última proyección del crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios en soles contantes vuelve a hacerse negativa (-2.0%), pero esta vez sin pandemia.

Así las cosas, el coeficiente de Apertura Externa (ese predictor de crecimiento económico) se reduce cerca de ocho puntos porcentuales y hasta el consumo privado se comprime (algo bastante inusual). Tal como lo esboza el gráfico Δ, se reabre la fábrica de pobres, como en muchos otros países de la región.

En estas líneas, donde los gráficos revelan lo que hoy nos está pasando, la narrativa de la izquierda en el gobierno sigue su propio camino. Niega su obra: la fábrica de pobres. Ignora los hechos, y etiqueta sus fracasados gobiernos… como de derecha. En esta prédica –muy difundida, dicho sea de paso– nos cuenta que el corrupto régimen del primogénito de Isaac Humala se derechizó (¿?); que también Humala y Sagasti respetaron escrupulosamente el modelo liberal (¿?) y/o que la administración afín a las ideas de Sendero Luminoso actúa como un régimen de derecha.

Tienen un excelente marketing político. Están pensando en las próximas elecciones. Mientras tanto, y cada día en que se mantengan controlando el Ejecutivo y el Legislativo, reducirán libertades, casi sin que nadie se dé cuenta.

Carlos Adrianzén
14 de junio del 2023

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