Martín Taype
Se agudiza el pesimismo de los consumidores limeños
El mayor nivel de pesimismo registrado en 12 años

Nos encontramos en un entorno externo cambiante y lleno de retos en el ámbito económico y geopolítico. A él se ha sumado la pandemia del Covid-19, que se ha expandido por el mundo, causando millones de contagiados y centenares de miles de muertos. Y estos retos se vuelven más complejos si además del entorno externo incierto y cambiante, el entorno interno también resulta inestable. Todo ello influye en las expectativas y el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, tanto locales como extranjeros. Para graficarlo, veamos la situación actual de la confianza de los consumidores de Lima Metropolitana, según el Índice de Confianza del Consumidor (Indicca), elaborado por Apoyo Consultoría e Ipsos, en una encuesta publicada por el diario El Comercio (27.06.2020) en su edición digital.
El Indicca de Lima Metropolitana alcanzó los 37 puntos en junio.Cabe señalar que, si este índice se ubica por debajo de los 50 puntos, prima el pesimismo de los consumidores. En tanto, si se ubica por encima de ese nivel, se considera optimista. De acuerdo a lo publicado, el resultado de junio se encuentra dos puntos porcentuales por debajo del mes anterior, cayendo a su peor nivel en casi 15 años. El mayor nivel de pesimismo se había registrado en agosto y setiembre del 2008 (40 puntos), producto de la crisis financiera.
Según la citada consultora, el 60% de las familias en Lima Metropolitana pericibió en el mes de junio que su situación económica había empeorado. El 52% de los hogares en Lima Metropolitana señaló que su condición es “peor” que hace 12 meses, mientras que un 23% dijo que es “mucho peor”. El 31% de los hogares estima que su condición empeorará en los próximos 12 meses, tres puntos porcentuales más que en mayo.
En base a los resultados del estudio, vemos que la confianza de los consumidores limeños agudiza su pesimismo; a entender de muchos ciudadanos, debido a la desaceleración económica. Sin embargo, considero que el problema es más estructural. Es la percepción de que aún no se están alcanzado los resultados esperados en la lucha contra la pandemia del Covid-19, que viene causando centenares de miles de contagios y miles de decesos en nuestro país y que puede propagarse peligrosamente, especialmente luego de levantada la cuarentena en todo el país (salvo en 7 regiones). En tal sentido, mientras el Gobierno no enfrente con firmeza, y adecuadas estrategias esta pandemia, y los ciudadanos no acaten con responsabilidad las medidas de distanciamiento social y de salubridad, no se podrá influir positivamente en las expectativas de los consumidores e inversionistas en el corto, mediano y largo plazo.
Asimismo, es importante salvaguardar la salud de la población, como también de los trabajadores, para este último caso se debe priorizar y mantener en las instituciones públicas y privadas el teletrabajo, para lo cual se encuentran vigentes la Ley N° 30036, que regula el Teletrabajo; el Decreto Supremo N° 017-2015-TR, que aprueba el reglamento de la citada Ley; y el Decreto de Urgencia N° 026-2020, que establece diversas medidas excepcionales y temporales para prevenir la propagación del coronavirus en el territorio nacional, y que faculta a los empleadores del sector público y privado a modificar el lugar de la prestación de servicios de todos sus trabajadores para implementar el trabajo remoto. También el Decreto Legislativo N° 1505, que establece medidas temporales excepcionales en materia de gestión de recursos humanos en el sector público ante la emergencia sanitaria ocasionada por el Covid-19, y que autoriza –hasta el 31 de diciembre del 2020– a las entidades públicas a realizar el trabajo remoto en los casos que fuera posible.
En tal sentido, solo en aquellas actividades laborales, que por su naturaleza hagan imprescindible la presencia física del trabajador, serán las que se mantendrán bajo el formato tradicional; aunque cada vez con un mayor soporte tecnológico, y las adecuadas medidas de protección. Esto les permitirá ser más eficientes y eficaces, permaneciendo en sus puestos de trabajo el tiempo estrictamente necesario, dejando atrás las tradicionales largas jornadas de trabajo.
¡No expongamos la salud y vida de los trabajadores, que son el activo más importante de toda organización! ¡Sin trabajadores sanos y con vida no puede haber reactivación económica!
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