Tino Santander

Radiografía de los conflictos sociales

Radiografía de los conflictos sociales
Tino Santander
24 de julio del 2014

¿Qué hay detrás de las protestas y movilizaciones, cómo están organizadas?

Las ciencias sociales definen el conflicto social como “enfrentamiento, disputa o contradicción entre grupos o clases sociales”, que siempre está referido al poder, los recursos naturales, los derechos o simplemente para mantener privilegios y condiciones de desigualdad.

Los conflictos sociales en el Perú son complejos, debido a la diversidad cultural, a las múltiples percepciones de la realidad, a los intereses económicos contrapuestos, a la diversidad étnica de los Andes y de la amazonia peruana, a las desorganizadas plataformas reivindicatorias, a la lucha por derechos civiles y, sobre todo, a la demanda histórica de desarrollo de los peruanos.

La naturaleza de los mismos es distinta, sin embargo, destacan los de carácter ambiental, que están relacionados al agua, la contaminación, al ordenamiento territorial, a las demandas económicas y los derechos de las poblaciones indígenas y amazónicas (ley de Consulta Previa); pero la causa ambientalista va acompañada de una visión ideológica contra el “extractivismo primario exportador”, son plataformas políticas confusas que exigen el cambio del “modelo económico”, “asamblea constituyente”, “derogatoria de la ley de carrera magisterial”. Otras plataformas demandan asistencia técnica a los campesinos, crédito agrario, construcción de carreteras, colegios, hospitales, antenas de telefonía celular, Internet de alta velocidad, y por supuesto seguridad ciudadana. Lo real es que el Perú demanda progreso a pesar de la aparente conflictividad social.

¿Quiénes impulsan la protesta social? Antes fueron los partidos políticos nacidos en 1930 (APRA, y el Partido Comunista), que tenían una programa anti-gamonal y anti-imperialista. Ambos condujeron el movimiento popular hasta la década de los 90, en la que perdieron esa conducción por la violencia política, porque mantenían un programa político obsoleto y, sobre todo, porque perdieron la confianza de los sectores populares debido a la campaña de desprestigio fomentada por el fujimorismo.

Actualmente las protestas son dirigidas por ex militantes de todas versiones de la izquierda marxista y del aprismo radical. Se organizan en Frentes de Defensa, Comités de Lucha o Federaciones Agrarias y Campesinas, que son aparatos ad hoc para organizar la protesta, ante la falta de partidos políticos que canalicen y representen las demandas de la población insatisfecha. Son orgánicamente débiles y se convierten en vanguardias ideologizadas con objetivos políticos; sin embargo, representan un estado de ánimo de las poblaciones. Su debilidad se expresa en las formas violentas en que pretenden imponer sus demandas: tomas de carreteras, movilizaciones, huelgas, etc.

Ningún conflicto se soluciona si no se conoce la naturaleza del mismo. Si se busca soluciones en base a percepciones se va directo al fracaso. Lo importante es ver el problema de fondo y darle solución. A pesar de la confusión de sus plataformas y del “radicalismo de sus dirigentes”, hay siempre un mensaje claro: “queremos que nos reconozcan como peruanos”. Hacer que no se sientan extranjeros en su propio país, escucharlos en sus demandas, ayudaría mucho a vencer la desconfianza latente en todos los pueblos del Perú.

He visto conflictos sociales en todo el País. Uno de los que más me impresionó fue la petición de un grupo de vecinos a la Municipalidad de San Isidro para que se revoque la licencia de construcción de un edifico de 10 pisos, porque “alteraba la tranquilidad y la zonificación residencial” de su barrio. Los medios de comunicación no los trataron como radicales, ni anti inversión, al contrario, hicieron eco de sus demandas. ¿Por qué las demandas de los vecinos de San Isidro, son “justas” y “racionales”, y la de los pueblos andinos y amazónicos no? La respuesta es simple: Existe un componente racista en el tratamiento de los conflictos sociales.

He visto a más de un funcionario estatal, empresario, congresista, e incluso ministros de Estado, expresarse peyorativamente. Lamentablemente muchos peruanos han sido educados en el choleo, en el ninguneo, se les ha inculcado la famosa frase “estos indios no quieren progresar”.

Cuando entendamos nuestras diferencias y nuestra diversidad, cuando seamos tolerantes entre nosotros, cuando dejemos de excomulgarnos entre peruanos, seremos un país verdaderamente democrático y entonces estaremos en capacidad de entender la conflictividad social en el Perú.

Por Tino Santander

Tino Santander
24 de julio del 2014

NOTICIAS RELACIONADAS >

El jacobinismo escatológico de los siglos XX y XXI

Columnas

El jacobinismo escatológico de los siglos XX y XXI

En su libro “Contrarrevolución en los Andes”, V&iac...

31 de octubre
El jacobinismo republicano

Columnas

El jacobinismo republicano

En este artículo analizamos la segunda parte del libro Contrarr...

02 de octubre
La contrarrevolución conservadora en los Andes

Columnas

La contrarrevolución conservadora en los Andes

Víctor Andrés Ponce ha escrito nueve ensayos bajo el t&i...

20 de septiembre

COMENTARIOS