Raúl Mendoza Cánepa

¿Qué buscas en Google?

Las inquietudes secretas de las personas

¿Qué buscas en Google?
Raúl Mendoza Cánepa
31 de marzo del 2019

 

Asistimos a una revolución virtual. Quizás en cien años la gente visite el “Museo del papel” y verifique cómo varias décadas atrás se leía periódicos impresos, libros en papel y hasta ajustaban sus diferencias legales abultándolas en gruesos expedientes en las oficinas de los juzgados. Habrá pasado una era. Si bien los libros resistirán en algo, porque pocos leen en impreso, aplicaciones como Kindle habrán masificado la literatura y nos acompañarán con su biblioteca de centenares de volúmenes de selección y lectura electrónica rápida, que nos ahorrará tiempo en tanteos infinitos y visitas a bibliotecas.

Cualquiera podrá fungir de escritor en Wattpad. La joven Anna Todd no imaginó que llegaría a ser famosa y millonaria cuando escribía After solo para pasar las tardes con su móvil y utilizando, como tantos, las pasiones por los ídolos musicales. Escribes una novela con el nombre de Harry Styles o Louis Tomlinson, y obtienes miles de visitas solo por búsqueda. “Ser escritor” será un título en masa, con obras de medianía indescriptible. De paso, en las redes todos pretenderán ser periodistas. Ya hay psicólogos en línea, telemedicina… y da para más.

Internet nos mostrará nuevos derroteros, pues el hombre post freudiano buscará su salida más en la espiritualidad (con o sin religión) que en la psique. Los temas espirituales crecen en búsquedas. Las ciencias sociales también encontrarán nuevos instrumentos. Sartori envejecerá tanto como Platón. La celeridad que reclaman los tiempos de explosión informativa llamará a otras premuras. Ver y escuchar, saltar, cambiar de video, será el ejercicio de búsqueda que reemplace a la investigación y la lectura. La gente buscará en redes “ver” más que leer.

Internet nos da ya indicios en millones de visitas sobre el impacto de los frívolos You Tube stars system. De paso, You Tube tenderá a ser más importante y la insegura Wikipedia el recurso para salir del paso y evadir el análisis. Lo fácil. Tenderemos a decir las cosas con menos palabras. En temas de comunicación escritural actualmente “menos es más”. Lo rápido, lo breve, lo efectivo, lo que puedo elegir y obtener ahora mismo. También el streaming tendrá un impacto tal que muchos medios tendrán que caer o privilegiar la elección privada.

Las ciencias sociales, escribí, cambiarán y ninguna verdad permanecerá oculta para el estudio. En Everybody Lies: Big Data, new data, and what the Internet can tell us about who we really are (Todos mienten: Big Data, nueva data y lo que Internet puede decirnos sobre quiénes realmente somos), Seth Stephens-Davidowitz señala que Big Data está convirtiendo a las ciencias sociales en una verdadera ciencia. Las búsquedas secretas de Google y otras herramientas complejas darán cuenta de las inquietudes ocultas de las personas. Las verdades inconfesables están en esa intimidad de burbuja que al día reporta ocho billones de gigabytes de datos sobre la gente.

El columnista del New York Times nos dice que tras investigar la Big Data y descubrir cuan racista e hipócrita es el mundo, cuáles son sus transgresiones, qué es lo que más le interesa, cuánto odian o aman, qué piensan sobre ciertos temas y sobre qué dudan, descubrió también cuánto mienten. En Facebook o Instagram mostramos máscaras, simulaciones o enfoques embellecedores. Nuestra realidad está lejos de ese teatro iluminado y de lo que hurgamos en secreto, de cuán felices o miserables somos en la sombra.

En cuanto a búsquedas en Google; en la India, a la expresión “mi esposo quiere”, sigue la frase “que lo amamante”. Google Trends lo dice, pero lo confirman las búsquedas en páginas pornográficas en la India: “Mujeres amamantando hombres”. La coincidencia nos da una preferencia. Es curiosa la inseguridad mundial de los hombres sobre el tamaño de sus órganos sexuales, porque es lo que más buscan en Google, mientras las mujeres tantean sobre el olor de sus partes íntimas. En PornHub, la mayoría de hombres buscan videos sobre incesto. Nadie imagina el arraigo del complejo de Edipo. El libro de Stephens-Davidowitz  no solo expone sobre sexualidad, es más.

Mientras seguimos anclados en viejas preguntas, la nueva tecnología corre y nos supera con una asombrosa velocidad.

 

Raúl Mendoza Cánepa
31 de marzo del 2019

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