María Cecilia Villegas

¿Por qué necesitamos programas sociales?

¿Por qué necesitamos programas sociales?
María Cecilia Villegas
01 de septiembre del 2016

Ayudan a romper la transmisión de pobreza intergeneracional

En el Perú hay siete millones de personas que viven debajo de la línea de la pobreza, con menos de S/. 315 al mes. Y hay 4% que sobrevive en pobreza extrema, con menos de S/. 169 al mes. Ellos son el objetivo de los programas sociales. Criticados por muchos, equivocadamente, como asistencialistas. ¿Se puede comprar comida, agua, luz, transporte, educación, salud y una vivienda digna con S/. 169 mensuales?

Quienes viven en pobreza no logran satisfacer sus necesidades mínimas. El valor nutricional de lo que consumen es muy bajo, pese a que dedican entre 50% y 80% de sus ingresos a su alimentación. Por ello, uno de cada cinco niños está desnutrido. En Huancavelica el 42.6% de los niños menores de cinco años presentan desnutrición crónica (DCI), 35.6% en Cajamarca, 29% en Huánuco y Apurímac, y 28% en Ayacucho. En Omacha, Cusco, la DCI alcanza al 80% de los niños. Mientras que la anemia, relacionada con la falta de hierro, afecta a uno de cada tres niños de entre seis meses y cinco años, y su incidencia es mayor en los niños que viven en la sierra. Tenemos 1.02 millones de niños menores de cinco años con anemia (ENDES 2014). Estos niños no lograrán desarrollar capacidades cognitivas y, por lo tanto, tendrán muchas dificultades para entender, aprender y memorizar. Tampoco desarrollarán aptitudes técnicas, lo que reducirá sus posibilidades de conseguir trabajos bien remunerados.

En el Perú solo 44% de los alumnos entiende lo que lee, y solo 26% puede resolver problemas matemáticos (ECE 2014). En las zonas rurales esos alumnos son solo 17% y 13%, respectivamente. Según cifras del Banco Mundial se pierden anualmente, a nivel mundial, US$ 50,000 millones como consecuencia del efecto de la anemia en la productividad de los países.

Solo el 77% de nuestros adolescentes (12-17 años) asiste al colegio. En las zonas rurales solo el 67%; en Huánuco y Cajamarca el 62%, mientras que en Loreto solo el 58%. Más aún, el 37% de los que asisten están atrasados, en grados inferiores al que les corresponde. Según estudios, las adolescentes en pobreza tienden a faltar entre tres y cinco días al mes cuando están menstruando, por falta de acceso a toallas higiénicas y baños en sus colegios. Esto es un promedio de 40 días al año perdidos. En el 2011, solo 63.1% de jóvenes a los 18 había terminado la secundaria; 41.6% en el área rural.

Todos estos indicadores nos muestran la falta de presencia efectiva del Estado y la necesidad de que el ejecutivo articule los programas sociales de los distintos sectores para lograr un mayor impacto. Además, la disparidad existente entre las regiones y los distritos del país requiere que las políticas públicas se adecuen a las condiciones de cada zona.

La ministra Aljovín ha sostenido que el Perú debe aspirar a ser un país que no necesite un Midis. Para lograrlo es necesario implementar programas sociales que ayuden a los peruanos más pobres a brindarle una mejor nutrición a sus niños para que estén libres de la anemia y la desnutrición, que estén vacunados y que tengan acceso a servicios de salud y a una educación de calidad que desarrolle sus habilidades y los fortalezca. Solo así al llegar a adultos podrán ser absorbidos por el mercado y escaparán de las trampas de pobreza, rompiendo así con la transmisión de pobreza intergeneracional. Por ello, un exitoso programa social debe lograr “graduar” a sus beneficiarios.

 

María Cecilia Villegas

 
María Cecilia Villegas
01 de septiembre del 2016

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