Manuel Gago

Israel, Irán y la amenaza del fundamentalismo islámico

La humanidad podría volver a las cavernas

Israel, Irán y la amenaza del fundamentalismo islámico
Manuel Gago
25 de junio del 2025


Tarde o temprano, Israel e Irán terminarían enfrentándose. Son enemigos irreconciliables. Irán está desarrollando armas nucleares y entrena grupos terroristas bajo la bandera de una “guerra santa” con aspiraciones globales. A través de la migración, está ganando terreno en Europa. Además, ha forjado alianzas con Nicolás Maduro y varios líderes comunistas. En un eventual conflicto global, podría activar comandos listos para ejecutar atentados en cualquier parte del mundo.

La supervivencia de Israel depende de su capacidad para neutralizar al fundamentalismo islámico. La continuidad de Occidente —con su cultura, libertades y democracia— también está en juego, y recae en la resistencia de Israel y de sus aliados que comprenden la magnitud del peligro. Donde se impone el fundamentalismo islámico, la sociedad retrocede siglos: se anulan los derechos, se destruyen los símbolos occidentales y se esclaviza a los vencidos. Su objetivo es instaurar un califato, un sucesor de Mahoma, donde todo lo distinto es aniquilado. En estos territorios, las ejecuciones públicas son comunes. De llegar a Occidente, los mismos izquierdistas que hoy los apoyan serían ejecutados por su defensa del movimiento LGTB, lanzados desde edificios como ya ha ocurrido en zonas controladas por extremistas. Sus verdugos no tendrán reparos.

A diferencia del cristianismo, que predica compasión incluso hacia los pecadores, el islam radical no muestra tolerancia. Rechaza de forma absoluta todo lo que contradiga sus leyes religiosas. En Irán, el líder religioso gobierna a voluntad. No existen los derechos humanos. Mujeres, disidentes, y minorías religiosas o sexuales son brutalmente reprimidas. No hay democracia ni libertad. Solo la ley del fanatismo empuñando un machete.

Basta observar la situación en Irán, Sudán, Yemen, Omán, Afganistán y otros países gobernados por teocracias. En Gaza, los palestinos son utilizados como escudos humanos por los terroristas de Hamas. Lo mismo ocurre en el Líbano con Hezbollah. Organizaciones como Hamas, Hezbollah, ISIS, Al Qaeda y Boko Haram son grupos terroristas. En África, asesinan a niños cristianos. Incluso los musulmanes moderados huyen de estos regímenes opresores.

En caso de una guerra, larga o breve, es poco probable que Rusia o China respalden a estas teocracias. Ambas potencias entienden el riesgo que representa el extremismo islámico. Rusia ya enfrentó un grave problema con el separatismo checheno, que amenazó su unidad. China, aunque comunista, mantiene relaciones pragmáticas con los capitales occidentales, domina mercados y avanza en su agenda geopolítica. No le interesa un aliado desestabilizador como Irán.

Respecto a Palestina, la izquierda internacional niega la legitimidad de los territorios controlados por Israel y reinterpreta la historia según su ideología. Para algunos, es la tierra prometida por Dios a los judíos desde la Creación; para otros, una invasión. Lo cierto es que el fundamentalismo islámico tiene como objetivo destruir a Israel y al “Occidente pecador”.

Cabe recordar que, en tiempos pasados, hubo cierta convivencia pacífica entre musulmanes y judíos en Palestina. Todo cambió con la aparición de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina). Durante la Guerra Fría, sus comandos secuestraban aviones y detonaban bombas en distintas partes del mundo. Anwar Sadat, presidente de Egipto, firmó acuerdos de paz junto a Jimmy Carter, un acto de valentía que le costó la vida: fue asesinado en 1981 por extremistas que rechazaban la reconciliación.

Hoy, Hamas tiene a los palestinos de Gaza bajo su control. Desde allí lanza misiles hacia Israel, mientras en el norte, Hezbollah hace lo propio desde el Líbano.

Resulta contradictorio que ciertos medios y activistas de izquierda respalden al fundamentalismo religioso. ¿No se definen como tolerantes, inclusivos y defensores de la diversidad?
Y, finalmente, ¿ignoran acaso que Israel lucha desde los tiempos del Génesis y, según las Escrituras, seguirá haciéndolo hasta el fin de los tiempos?

Manuel Gago
25 de junio del 2025

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