Raúl Mendoza Cánepa
¿Por qué me odias tanto Joaquín?
La mala administración y corrupción de los gobiernos regionales y locales

Recuerdo aún la lámina de sudor en tu frente; te brillaba cuando caldeaba la ira que le tenías al alcalde de Challayta, distrito de una de las regiones del sur, muy alto en las cordilleras. Dionisio Malca se había birlado durante cuatro años los fondos municipales. El gobierno había decuplicado las transferencias a tu lugar durante aquellos años, pero todo seguía allí: la misma trocha, el mismo puente roto, la misma acequia podrida, la misma anemia ¿Y todo ese dinero, Joaquín? Fuiste a otras instancias a protestar. El gobernador de la región no te recibió, estaba ocupado en un proyecto grande de regadío que nunca viste. Este había llegado con su movimiento regional Rumbo al Socialismo, con la promesa de fecundar el campo; pero el campo y tú seguían siendo los mismos. Pendía sobre él una sentencia. ¿Sabes que, de las veinticinco regiones, trece tienen a sus gobernadores regionales sentenciados?
Eres del campo, Joaquín fraterno. Siembras y cosechas una vez al año. La estructura geográfica del campo andino es cruel, fría y tempestuosa y no es culpa de nadie. Hubieras querido migrar a las tierras cultivables de las costas “áridas” que exportan más que todos, esas que eran las primeras del mundo y que un presidente militar en los setenta se llevó abajo al tornarlas en ruinosas cooperativas. Muchos de esos campesinos tienen hoy talleres en la ciudad de Lima y tienen empleados, los que con sus sueldos alimentan la economía. “Capitalismo popular” lo llamó, tan de muchos orígenes como un pequeño Perú.
Me dices que tus abuelos te lo contaron, claro, buena parte de tu familia se mudó a Lima en los setenta. Tu tío Carlos abrió una empresa en un emporio comercial del norte de la capital, le va bien. Él tributa y su dinero se funde con el dinero de tantos en todo el país que trabaja en el ideal que una parte llegue a tu región, como llega el canon de las minas, de esas que el año pasado fuiste a quemar incitado por un líder regional que sueña con ser alcalde…y rico también. Si el canon fuera parte de tu vida, no quemarías una mina. Piensa solo en aquello que te falta: agua potable, desagüe, luz, salud, caminos. No entendiste cuando te dije que mi bandera es que el canon vaya de la mina a tu casa sin pasar por el gobernador.
En todos estos años diecisiete regiones del centro y norte del Perú se llevaron el 55% del canon, las ocho regiones del sur se llevaron 45%, lo justo; pero son miles de millones de soles que no pasaron por tus ojos y que tus autoridades regionales nunca ejecutaron. En 2022 saliste a aplaudir a Pedro Castillo en la placita del pueblo; Castillo, cuya obra más notoria fue el recorrido por las regiones sembrando la discordia y preparando el terreno del caos en el futuro. Así se maneja el poder y tu pobreza y mis impuestos. Si no distingues al enemigo nada puedo hacer, Joaquín. Ya te llenaron la mente desde niño y hasta se montaron en el poder para seguir haciéndolo, subestimando tu capacidad de discernir (porque la tienes, Joaquín). En 2022, mientras Castillo encendía los Andes, los 25 gobiernos regionales recibieron como nunca más de S/ 13,000 millones de la renta minera para inversión social, pero dejaron la mitad sin ejecutar. Te alistas, no obstante, para incendiar la capital.
¡Y crees que tu enemigo soy yo!
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