Carlos Adrianzén

Perú oscuro

Urge desmontar rápidamente la fábrica de nuevos pobres

Perú oscuro
Carlos Adrianzén
15 de agosto del 2023


Por casi una década brillamos regionalmente (2003-2012).
Hoy eso es pasado. Los cambios de rumbo aplicados por una sucesión de gobiernos de izquierda cambiaron nuestra base institucional en modo significativo. El último habría incluso buscado incesantemente introducir en cambio constitucional de abierto corte chavista. Hoy no hay peor ciego que el que no quiere ver. Si bien nos habríamos librado de un personaje tan corrupto como chavista, no hay razones para sentir optimismo. Recuérdelo: el optimismo infundado puede ser peor que ciertos pesimismos. Aquí sirve enfocar donde estamos -y qué podemos hacer- para tener esperanzas fundadas. Para hacerlo no ayuda, ni es inteligente distraernos con nimiedades. 

Claro que estamos en recesión (luego de las desastrosas gestiones económicas previas). Claro que no somos ni el campeón regional en estabilidad monetaria (el nivel de inflación anualizada de Lima a julio pasado sobrepasa tres veces el compromiso inflacionario del BCR mientras que los precios de alimentos y bebidas de la canasta popular tienen un ritmo anual de elevación cinco veces mayor). Claro que, en una economía recesada, el banco central gestiona un dólar rígido (no sé hasta qué punto esto sería algo deseable). Claro que es popular ofrecer una elevación del salario mínimo -RMV- (a pesar de que no resuelve nada y destruye puestos formales). Y que, nos podemos pasar meses enfocando los defectos de las iniciativas socialista-mercantilistas del congreso de Darwin, Valdemar y César.

Pero nótelo: estos mediáticamente jugosos tópicos nos distraen de enfocar las prioridades del país. En particular, encauzar una de ellas (ver Gráfico 1). Que la elevación de la pobreza resulta el reflejo directo del derrumbe de la Inversión local y extranjera en el país. Hoy acumulamos niveles de inversión privada que factualmente garantizan un ritmo pobre de crecimiento del producto por persona; ergo alta incidencia de pobreza; ergo, o estancamiento, o deterioro de los niveles de desarrollo económico.

Elevar drásticamente los niveles de inversión en el país (hacia 45% del PBI en los niveles de Formación Bruta) y/o hacia 10% del PBI en los flujos de Inversión Extranjera Directa), debería ser hoy la prioridad básica del país y -por supuesto- del hasta hoy timorato régimen de la presidente Boluarte. En cambio, que esto sea algo verosímil -dadas las ideas políticas de la burocracia económica local- es algo incoherente. Ellos necesitan menos crecimiento. Necesitan pobreza para sus ministerios.

Pero, ¿existe acaso un camino de quiebre -léase salida- realista? Aquí la respuesta es simple: sí. La salida tiene dos componentes. Implica comprender las lecciones de las dos fases del carrusel del ritmo Subdesarrollo Nacional reciente. La Primera (en el Gráfico 2, la fase 1 -1990/2012-) implica una fase de Reformas de Mercado Incompletas (Fiscal, Monetaria, institucional pro-capitalista), combinada con los ajustes institucionales -restaurar el orden público- y macroeconómicos del periodo 1991-2002). Y nos deja la lección bien clarita. Urge retomar agresivamente las reformas de libre mercado

La segunda fase (en el Gráfico 2, la fase 2 -2013/2023) implica una etapa de desmantelamiento de las reformas estatistas poshumalistas (en ámbitos previsionales, fiscales, etc.), combinada con urgentes ajustes institucionales -dirigidos a combatir la rampante Corrupción Burocrática de estos tiempos y a volver a ofertar el bien público por excelencia: el orden público). Esta segunda fase también nos deja una tarea bien clarita. Urge desmontar rápidamente la fábrica de nuevos pobres construida por los aparatos ejecutivo y legislativo de la última década. Esto último debe ser aproximado considerando que un ajuste institucional cuesta. Frente a la consolidación institucional mercantilista socialista del período post velasquista (1969-1989), nos tomó más de una década corregir errores a lo largo de toda la economía.

Ignorar esto puede ser iluso. Apostar por medidas parciales -liderados por un régimen que hoy solo querría llegar al próximo proceso electoral (al estilo del segundo gobierno de don Fernando Belaunde Terry)- sería una opción suicida. Como en aquel gobierno, estaríamos enrumbados para mal. A modo de una repetición de lo sucedido después del fenómeno de El Niño de 1983. 

Téngalo muy en claro: nadie pasa un curso respondiendo menos de la mitad del trabajo requerido.

Como un insumo sobre lo anteriormente discutido, es bueno regresar a la evidencia macroeconómica peruana de las últimas dos décadas. Ya no crecemos. Fabricamos pobres como para justificar el socialismo. (ver Figura 3).

Aquí no hay magia… ni sirven los optimismos recalcitrantes. En modo inercial o piloto automático -cargando todos los retrocesos institucionales que inocularon una sucesión de gobiernos de izquierda, creyendo que estos respetaron el modelo de 1991)- no solamente la economía persistirá bajo tendencias mediocres, sub- desarrollándose. 

Una lista parcial de medidas técnicas no serviría de mucho. Han disuelto los fundamentos del modelo de 1991. Bajo esta perspectiva muchas tendencias negativas solo serían parcialmente revertidas. El panorama político previsiblemente se complicará. Cualquiera que ofrezca dádivas, tendrá electores. No importará su trayectoria, su fondeo de campaña o sus prácticas electorales. 

Agreguemos que el común de los peruanos decide por las etiquetas, no pondera a los efectos de fondo. Cree que la Centro-izquierda es Derecha y no sabe que la Derecha política no existe en Latinoamérica. 

Seguirá creyendo que aún se aplica un modelo -ya desmontado desde el 2013- y que éste es la razón por la que la pobreza y la inestabilidad han regresado. Final y paralelamente, con un Foro de Sao Paulo con enormes recursos globales y desesperado por capturar otras plazas, la llegada de otro neo-senderista (con etiqueta de centro) no es un episodio per se descartable… 

Esto a menos que nos comprometamos con el País. Que nos enteremos que el piloto automático no existe. Que esta metáfora es solo una ilusión tramposa, sembrada por intereses mercantilistas-socialistas. Es decir, necesitamos interiorizar donde estamos parados (para ello, vuelva a analizar los tres gráficos de este artículo) … y volver a cambiar de rumbo, pero esta vez con determinación. Teniendo en claro que -además- los tiempos resultan muy, pero muy, diferentes a los de finales de los años ochenta.

Carlos Adrianzén
15 de agosto del 2023

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