Javier Agreda

Paul Valéry y La joven Parca

Una de las obras claves del “poeta de la inteligencia”

Paul Valéry y La joven Parca
Javier Agreda
20 de julio del 2018

 

Durante casi un siglo la “poesía pura” (sin anécdotas y basada en recursos estrictamente poéticos) fue una de los logros que con más empeño buscaron escritores de todo el mundo; desde los simbolistas franceses (Rimbaud, Mallarmé) hasta nuestra generación del cincuenta (las primeras obras de Sologuren y Eielson) pasando por la generación española del 27 (Guillén, Salinas), o los herméticos italianos. Tanto poetas como críticos han reconocido que quien más cerca estuvo de alcanzar esa meta fue el francés Paul Valéry (1871-1945). La Academia Peruana de la Lengua y Alastor Editores acaba de publicar La joven Parca, uno de los mejores poemarios de Valéry, a exactamente un siglo de su primera publicación.

Valéry nació en Sète, en un familia descendiente de la nobleza veneciana. En 1892, al terminar sus estudios de leyes en la Universidad de Montpellier, se integró, junto con su amigo André Gide al círculo de discípulos de Mallarmé. Su carácter reflexivo y afición por las ciencias lo llevaron a publicar el libro Introducción al método de Leonardo da Vinci (1895), primero de una serie de obras de carácter ensayístico, entre las que destaca La velada del señor Teste (1896). Tras un largo silencio, durante el cual trabajó como funcionario público y redactor en una agencia de noticias, volvería a la literatura en 1917, a pedido de Gide, con La joven Parca. Solo publicaría dos libros más de poemas, Charmes (1922), que incluía a El cementerio marino, y Álbum de versos antiguos (1920) una recopilación de textos de juventud.

La joven Parca es un largo monólogo de la más joven de esa tres hermanas mitológicas (quienes hilan los destinos humanos, decidiendo los nacimientos y las muertes) al encontrarse con una serpiente venenosa. Como señala el ensayista cubano Rodolfo Häsler, la intención de Valéry es expresar las contradicciones entre las aspiraciones “del alma humana en la primavera de la vida” y la muerte como sino fatal e inevitable. Por supuesto, no hay aquí excesos emotivos o exclamaciones retóricas, sólo una conciencia tratando de explorarse a sí misma a través de imágenes complejas, cargadas de elementos simbólicos, y un “lenguaje preciosista” con “refinamientos lingüísticos muy sutiles”. Características que hacen de ésta una poesía difícil, casi hermética.

Para esta edición de La joven Parca se ha empleado la traducción que hiciera el poeta cubano Mariano Brull (1891-1956), quien además es autor del prólogo del libro (“Una interpretación de la poesía de Paul Valéry”). Brull describe así el poema: “Es una tragedia elíptica, de la cual se han escamoteado todos los personajes con excepción de la heroína , traspuesta del plano de acción y de la vida al plano del pensamiento”. estas palabras coinciden bastante con lo que Valéry decía al tratar de explicar su propia obra y especialmente su ruptura con el énfasis sentimental de casi toda la poesía anterior: “no me interesa modificar sentimientos ajenos... jamás me ha venido a las mientes trabajar para quienes piden al escritor que les enseñe o restituya lo que descubrimos o experimentamos por el simple hecho de vivir”.

Esa característica hizo que Valéry fuera considerado como el “poeta de la inteligencia”. No obstante, las diversas ideas en que se basan sus textos no eran tan potentes ni originales como el autor suponía. “Las ideas de Valéry no añadieron un ápice al pensamiento científico o filosófico de su época” leemos en un irreverente ensayo publicado a finales del siglo XX.. Y es que la mayor contribución de este autor, de la “poesía pura” en general, fue la depuración del discurso lírico de los lastres que había acumulado a lo largo del tiempo. Y también la renovación de los recursos y métodos propiamente poéticos para hacerlos capaces de crear universos estéticos subjetivos y coherentes, como los “reinos” eielsonianos o los luminosos paisajes de Jorge Guillén. Por ese logro, La joven Parca resulta un texto esencial para entender la poesía del siglo XX.

 

Javier Agreda
20 de julio del 2018

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