Carlos Adrianzén

¿Otra Cuba?

El estrepitoso declive económico de México

¿Otra Cuba?
Carlos Adrianzén
07 de junio del 2023


La región ha perdido sus pretensiones algebraicas. Ya no tiene potencias (económicas). Ni siquiera pretensiones serias de que en el futuro mediato emerja alguna. La situación actual de Latinoamérica es tal que –aun dejando de lado los derrumbes totalitarios en Venezuela, Nicaragua, Cuba o Bolivia y el fin de los auges de emergentes latinoamericanos en la Alianza del Pacífico (Colombia, Perú y Chile)– resulta imposible dejar de reconocer que la región ha ingresado en una fase de declive económico. Una etapa sintetizada en la compresión macroeconómica global de sus tres principales plazas (Argentina, Brasil y México).

Bajo esta perspectiva, en estas líneas nos ocuparemos solo de una de las tres: los Estados Unidos Mexicanos. Una nación con evidentes similitudes históricas con el Perú, repleta de recursos naturales (de los que extrae apenas alrededor del 2% de su PBI); y que además tiene 3,152 km de frontera con el mercado más grande del planeta. 

Demasiadas bendiciones, diría un observador desconfiado. Hoy México, con el estrambótico Andrés Manuel López Obrador (AMLO), podría estar encaminado a convertirse en otro satélite más de la dictadura cubana. Si usamos la última proyección de crecimiento para el 2023, publicada por el World Economic Outlook del FMI, la economía de los mexicanos registraría su cuarto año consecutivo con un promedio quinquenal de crecimiento económico negativo. Sí, estimado lector, el crecimiento previo a la pandemia registraba tasas mediocres, siempre cercanas al 1% anual (ver figura I). Sin embargo, quienes anticipaban que bajo un gobierno de izquierda –opresor económica y políticamente hablando– esta plaza mantendría su dinámica, estaban muy equivocados. 

Previsiblemente, desde la llegada de López en 2018, con su plan de Desarrollo Estabilizador (populista hasta la médula), la formación de capital mexicana se ha comprimido persistentemente y la incidencia de pobreza se elevó en casi 8% (ver figura II). No es solo que la inversión mexicana por persona registre un flujo persistente de contracción. Lo trascendente es que México se estanca. La plaza consolida indicadores de desarrollo relativo opacos. Su producto por habitante se ha estabilizado a los niveles de un tercio del similar de los de un boricua y a algo más de un décimo de un estadounidense. 

Con las cifras disponibles para el año pasado, el número de mexicanos ubicados debajo de la línea de pobreza se habría elevado por encima de los 8 millones, al 2022. Lo cual descubre similitudes obvias con lo registrado en los días de Chávez-Maduro en Venezuela o de los Fernández en la Argentina. Un desconfiado podría sostener que, la observación del ex guerrillero y hoy influencer Gustavo Petro en Colombia, sería el objetivo de AMLO: necesitaría pobres para persistir políticamente.

Pero existe otro detalle. Uno clave para comprender el deterioro reciente de la economía mexicana. México se ha consolidado como una plaza de extrema Corrupción Burocrática. Si bien la tierra de Pancho Villa ya registraba índices elevados y crecientes de deterioro institucional desde inicios del milenio, los niveles actuales se hacen difíciles de esconder. Con AMLO rompen todo precedente. 

Según transparencia internacional, su gestión el 2022 se ubica en un puesto escandalosamente alto en términos de percepción de corrupción burocrática (123/180). Esto, aun bajo estándares latinoamericanos. Un índice alternativo (Control de la Corrupción), publicado por el Banco Mundial, no puede dar una perspectiva más tajante (ver Figura IV). Algo de pudre en el Palacio Nacional del DF.

Nótese aquí que el declive simultáneo de indicadores de crecimiento económico, desarrollo relativo, formación de capital e incidencia de pobreza, no resulta una casualidad. La explosión de la corrupción burocrática, contrariamente a lo que alguna vez habría sostenido el mandatario, destruye la economía y su competitividad. Quizá lentamente, si hay recursos naturales o una importante frontera al norte, pero inexorablemente. A nadie debe sorprenderle lo que hoy sucede al sur del Río Grande. (ver Figura V).

El México de los electores de AMLO ha perdido visiblemente su talla en la economía global. Resulta muy difícil ponderar cuánto avanzarían los deterioros –por ejemplo– con una década más bajo este tipo de exabrupta gestión. Ni cuántos pobres más registrará en los años venideros. Pero todo parece indicar que éste sería el caso. A pesar de la lluvia de pobreza que lo acompaña, López es todavía popular (según Capital 21 web, 74.2% de los mexicanos encuestados preferiría que continúe su presidente). Igualmente, los hiperactivos intereses de la izquierda regional –dadas las cleptocracias de Lula, Moraleso, Ortega, Petro y Fernández– están felices con él. Les es útil. De hecho, aun alicaída económicamente, una plaza como México tendría una influencia geopolítica enormemente mayor a la de Cuba o Venezuela. 

La historia de la región (con su declive económico incluido) y la del mismísimo Estados Unidos, podría resultar algo más accidentada con esta suerte de nueva Cuba.

Carlos Adrianzén
07 de junio del 2023

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